Michel Temer: «El audio fue manipulado, suspendan la investigación»

 

Brasil está metido en lo que parece ser una trama fractal de corrupción: casos gigantescos compuestos de hechos de mediana envergadura, a su vez conformados por casos más pequeños, que alcanzan a políticos de las altas esferas, empresarios de consorcios internacionales y hasta a ciudadanos comunes.

La Fiscalía General de Brasil, a cargo de Rodrigo Janot, acusó al mandatario Michel Temer de gestar maniobras que obstruyen la Justicia. También implicó al presidente en el cobro de sobornos millonarios, según se detalla en el texto enviado al Tribunal Supremo.

Pero Temer no es el único envuelto en estas nuevas acusaciones: los empresarios también implicaron en sus declaraciones judiciales a Dilma Rousseff y Lula da Silva, antecesores en la silla presidencial.

No se salva casi nadie

Hace meses que cada nuevo escándalo político en Brasil supera al anterior. Este viernes, la novena economía más grande del mundo, por encima de países como Canadá y España, ve cómo la vergüenza se convierte una vez más en el común denominador de una administración plagada de corrupción y escándalo.

El fiscal Janot basa sus acusaciones contra Temer de obstrucción a la justicia, corrupción y organización delictiva, en declaraciones y pruebas dadas por los dueños del más grande conglomerado cárnico del país, JBS. Janot deduce que el mandatario se involucró de forma personal y directa en maniobras para frenar investigaciones a la operación Lava Jato, que en desde 2014 viene destapando toda una red de corrupción que embarra a casi todos los partidos políticos, incluyendo el de Temer (Partido de Movimiento Democrático Brasileño, PMDB) y el de Rousseff y da Silva (Partido de los Trabajadores, PT).

Parte de las maniobras, asegura Janot, fueron tramas gestadas por Temer, junto con su aliado político, el hasta ahora presidente del Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB), Aécio Neves, suspedido por el Tribuna Supremo como senador tras trascender pruebas de que cobró sobornos a JBS.

Una de las pruebas más fuertes es la conversación grabada por el presidente de JBS, Joesley Batista, en la residencia oficial del presidente de la República, el pasado 7 de marzo, y cuyos detalles revelados por la prensa dejaron al país en estupor.

Para Janot, es evidente la complicidad de Temer a la hora de insistir en el pago de sobornos para comprar el silencio del expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, quien ahora descuenta una pena de 15 años de prisión por corrupción.

En la conversación aportada por los hermanos Batista hay detalles escabrosos que comprometería más a Temer, de confirmarse su veracidad: Joesley Batista llegó de noche, a las 22:40 horas, a la residencia oficial de Temer, ubicada en el Palacio Jaburu de Brasilia, capital del país. No pasó el control oficial y entró directamente al garaje de la casa. No tuvo reparo en narrar a Temer que estaba siendo investigado exhaustivamente por la Justicia, pero que tenía a un fiscal que le facilitaba información, además de tener «dos jueces amarrados». Uno de los supuestos informantes es miembro del Ministerio Público y estrecho colaborador del fiscal general, el cual fue detenido el miércoles pasado acusado de cobrar 50.000 reales (US$15.300) por servicios dados. En la grabación Temer se limita a asentir las palabras del empresario, pero en un comunicado de prensa oficial de la presidencia brasileña, este le baja el piso a las declaraciones asegurando que «no las creyó».

Otro que aparece en las conversaciones grabadas es Rodrigo Loures, personaje de íntima confianza del mandatario, a quien JBS debía entregar directamente los sobornos. La Policía sorprendió hace un tiempo a este con 500.000 reales (US$155.000) marcados, que le fueron entregados por Batista como coima.

En sus declaraciones a la fiscalía, el Joesley Batista detalla también que entre 2010 y 2017, a solicitud de Temer, entregó sobornos a miembros del PMDB de extrema confianza del presidente, que suma 4,7 millones de reales (US$1,55 millones).

«El audio fue manipulado»

En un mensaje a la nación, Temer cuestionó la veracidad de las grabaciones. Hoy sábado exigió la suspensión de las investigaciones judiciales por corrupción contra su persona, pues asegura que el audio presentado como prueba está manipulado. «Esa grabación clandestina fue manipulada y adulterada con objetivos claramente subterráneos», dijo Temer. Medios de comunicación brasileños habían reportado antes una posible edición de la grabación presentada por Joesley Batista.

Es el segundo pronunciamiento del mandatario desde que las llamas del escándalo lo alcanzaron, el pasado 17 de mayo. El presidente aseguró que exigirá con sus abogados que el Tribunal Supremo detenga las investigaciones y reafirmó que no renunciará. «Continuaré al frente del Gobierno», sentenció.