1º de mayo de 1963: Frugoni funda el "Movimiento Socialista"

Distanciado irreconciliablemente Frugoni con los dirigentes de su antiguo partido, habrá de crear un nuevo movimiento que rescatará los principios que habían dado sentido a una organización que nació con una marca e ideales que lo diferenciara de aquellos existentes en el país. Fiel a los postulados del socialismo democrático, y convencido de la concepción marxista de la «evolución revolucionaria», fundará el Movimiento Socialista. Una etapa finalizaba, pero otra comenzaba para corregir los errores en que la dirección partidaria –ahora enemiga– había caído. Para Frugoni siempre hubo un mañana, y un mañana que no lo separa de sus principios políticos y éticos. Un día soleado, convocó a sus más cercanos compañeros en su apartamento de la calle Ejido y compartió la consigna, hecha carne en todos: «Empezar nuevamente, acumulando piedra sobre piedra».

La empresa no habría de ser fácil. Su tiempo orgánico se le extinguía. Su deseo era morir en las trincheras de la izquierda, desde donde había librado a partir de 1905 todas las batallas de su vida. Como tocado por un rayo de luz, se levantó con la velocidad de relámpago y la furia de un trueno para arquitecturar la acción que lo proyectara más allá de su propia existencia. Nunca le tuvo miedo a la adversidad. El socialismo, el auténtico, lo reclamaba de nuevo. Y se levantó con la misma claridad de sus años más jóvenes. Rotos los vínculos con el Comité Ejecutivo del PS: de la Unión Popular, organiza un Comité Ejecutivo de «Reafirmación socialista», que marcará el perfil diferenciador de quienes habían abandonado la vieja concepción del ideal. Las desavenencias no radicaban solamente en el «invento» de la UP, sino que existían distancias ideológicas imposibles de salvar. Formalizando el Comité, hacen público un comunicado y hacen público el anuncio de la nueva empresa. El documento se tituló «Frugoni y la reconstrucción partidaria». Fue redactado por el doctor Francisco Firpo, Angel Valdés y Jorge Andrade Ambrosoni. El comunicado molesta a los militantes de Casa del Pueblo y con sus puños crispados, con el fastidio amargo que les había dejado la polémica pública con el veterano fundador, no vacilan en continuar utilizando calificativos fuertes. Dice el doctor José Pedro Cardoso lo que piensa de Emilio Frugoni y de los compañeros que lo rodeaban: «El Partido Socialista puede ser víctima de errores o de derrotas. pero no es eso lo peor que puede sucederle a los socialistas. Lo peor que le puede suceder a los socialistas es que se aparten de la lucha. Que se transformen en desertores, en traidores». («El Sol», 22.3.63).

Y el 30 de marzo de 1963, es el propio Frugoni el que realizará un llamado a los socialistas, mediante un mensaje que tituló: «Mensaje de fe y esperanza», que leyó el 3 de abril en los salones de Casa de Galicia. A raíz de estar encargados de su organización, fueron expulsados del Partido Socialista en el que todavía figuraban formalmente Eduardo Jaurena y Jorge Andrade Ambrosoni. Comenzaba la larga cadena de expulsiones partidarias en la que llegaría a ser incluida un Centro entero: el de Salto. Frugoni, con su fino humor, comentó el lamentable hecho «(…) acaban de ser honrados con la expulsión del cuerpo putrefacto que yace en la urna política de la calle Soriano» («Marcha», 19.4.63).

En una parte de ese mensaje don Emilio expresa: «(…) Asistimos esta noche al comienzo del milagro bíblico. Al «levántate y anda». Y el 1º de mayo de 1963 se dan dos acontecimientos de relevante importancia para el socialismo. Por un lado los «parricidas» integrantes del C.E. del P.S. de la U.P. anunciaban públicamente su pelea por una de las bancas a diputados que habían obtenido los herreristas de Erro y que los socialistas de Trías y Cardoso les querían arrebatar, queriendo hacer valer un acuerdo de trastienda; acuerdos, objeto de crítica sistemática por parte de los socialistas por constituir un engaño a la ciudadanía. Por una banca, la «revolución» upista naufragaba definitivamente. El 21.6.63 en el 34º Congreso extraordinario, los socialistas acuerdistas deciden: «La estructura de la Unión Popular ha sido destruida».

Paralelamente, el mismo 1º de mayo, los socialistas de Frugoni realizaban en la ciudad de Salto un Congreso partidario que, presido por el propio Frugoni, creaba la «Junta Reorganizadora» que tendría por objeto asegurar la continuidad del Partido Socialista, para lo cual debería reivindicar el lema partidario ante la Corte Electoral. Frugoni marchó con alegría de adolescente a la ciudad de Salto, donde fue recibido por Jorge Andrade Ambrosoni y todos los leales frugonistas, que lo esperaban en el histórico y legendario Centro «El Sol». El acto se realizó ante una nutrida concurrencia y Emilio Frugoni cerró la oratoria expresando: «El verdadero Partido Socialista ha venido desde toda la República (…) Orgullosa puede sentirse el alma popular de este departamento, de la misión que sus destacados hijos han tomado a su cargo (ellos) se han ganado el beneplácito y la gratitud que hoy expreso, al negarse a acompañar a los falsos pastores, que cegados por le miraje de una torpe conjunción electorera, que los llevó a cobijarse bajo las equívocas y sucias frazadas de una llamada Unión Popular, todo lo entregaron y perdieron, hasta las últimas partículas del honor cívico». Luego, fueron nominadas las autoridades, donde se destacaron, Frugoni como Presidente de Honor, y junto a él el eminente científico y viejo socialista doctor Ernesto Stirling, no pudiendo faltar obviamente Eduardo Jaurena y Jorge Andrade Ambrosoni. Ya en Montevideo, habría de gestionarse el lema ante la Corte Electoral.

Una nueva y dura batalla habría de esperar al viejo guerrero. Fue agredido con saña. Frugoni con la calma de mil batallas encima, dijo al respecto: «(…) Ahora sentados en el umbral del partido que ultimaron por ceguera y mala fe nos gritan «traidores», ellos a nosotros, porque en lugar de perdonarles su traición y callar (…) les exigimos cuentas de sus actos y pretendemos que desciendan del pescante de la carreta donde conducen los restos del partido en la urna mortuoria que se adjudicaron en un hueco de la calle Soriano (…). Frugoni les ganaría la batalla también en la Corte Electoral. Hoy, sus detractores de ayer, hay veces que precisan de su nombre y a pesar de seguirlo denostando, incorporan a un pequeño grupo apócrifo, que lleva un cartel que no les pertenece: «Movimiento Socialista».

Pero los frugonistas auténticos nos mantenemos de pie y venerando su figura. *

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