Trump firmó una nueva versión de su veto migratorio que excluye a Irak

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump firmó este lunes un nuevo decreto migratorio tras el primer veto emitido el pasado 27 de enero que fue suspendido por la Justicia.

A diferencia del decreto anterior, el nuevo texto excluye del veto a Irak, pero mantiene la prohibición de entrada a EE.UU. durante 90 días a los ciudadanos de Irán, Somalia, Libia, Siria, Yemen y Sudán.

Según explicó la asesora del magnate republicano Irak quedó excluido de los países vetados porque ahora proporciona más información a Washington.

Las autoridades iraquíes dijeron sentir un «gran alivio» tras conocer la decisión de Trump. «Se trata de un paso muy importante hacia la buena dirección que consolida la estrategia de alianza entre Bagdad y Washington en numerosos escenarios y especialmente en el frente contra el terrorismo», expresó el Ministerio de Exteriores iraquí a través de un comunicado.

Irak también fue retirado de la lista de vetados por el rol del Ejército iraquí en la lucha contra los milicianos del grupo terrorista Daesh (autodenominado Estado Islámico) y a la decisión de las autoridades de ese país de poner en marcha una serie de medidas para frenar el flujo de emigrantes.

El nuevo decreto resalta: «Por orden ejecutiva, ciudadanos extranjeros de Sudán, Siria, Irán, Libia, Somalia y Yemen, que están fuera de los Estados Unidos y que no tienen una visa válida a las 5 p.m. Hora estándar del Este de enero 27, 2017 estarán sujetos a la suspensión de entrada».

El mismo entrará en vigor el 16 de marzo y sustituirá al pasado que fue frenado por la Justicia.

Refugiados

El texto definitivo señala que los refugiados sirios serán tratados como los demás refugiados. En el decreto original que fue bloqueado por la justicia, Trump había suspendido el ingreso de refugiados durante 120 días, pero en el caso de los sirios la prohibición era por tiempo indefinido. Ahora se mantendrá la suspensión de la recepción de refugiados de los seis países durante 120 días.

En vez de los 110.000 refugiados previstos para 2017 por la Administración Obama, EE.UU. recibirá solo 50.000, ha afirmado el Departamento de la Seguridad Interna del país.

El nuevo documento también expresa que ya no se dará preferencia de entrada a las «minorías religiosas», por ejemplo a los cristianos, que provengan de los seis países incluidos en el documento.

Mientras que asegura que las personas de estos países que ya se encuentren residiendo de forma legal en EE.UU. o quienes tengan «tarjetas verdes» no se verán afectadas por la nueva orden. Este nuevo decreto suprime la diferencia entre países, así como la restricción indefinida. Los une a todos bajo una misma categoría de 120 días de suspensión», detalló la Casa Blanca.

Seguridad nacional

El gobierno estadounidense justifica la medida considerando que individuos que entraron al territorio como refugiados, demostraron ser una «amenaza a la seguridad nacional», y por lo tanto, la nueva orden se basa en asuntos de seguridad nacional y no tiene nada que ver con la religión.  «Se diferencia sustancialmente del primer decreto y, aún así, tiene la misma finalidad, protegerá el país y nos mantendrá a salvo», destacaron desde el gobierno de Trump.

Por su parte el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, dijo que el nuevo veto migratorio es «vital» para la seguridad del país, y pidió a sus aliados en todo el mundo que «entiendan» que se trata de un esfuerzo «temporal» para reforzar los controles migratorios.

«La orden ejecutiva firmada por el presidente para proteger al país de la entrada de terroristas extranjeros es una medida vital para fortalecer nuestra seguridad nacional», aseguró Tillerson.

Mientras que el fiscal general de EE.UU, Jeff Sessions señaló ante las nuevas medidas: “no podemos comprometer la seguridad de nuestra nación”.
“Esta orden ejecutiva se necesita y es un ejercicio de autoridad del presidente”, aseguró y dijo que “el terrorismo es claramente un peligro para los estadounidenses”.