Esa muerte tan pensada

Habla Sara Larocca: «Conocí a Yenia a través del Teatro El Galpón. Fue una mujer tan llena de vitalidad, que la forma en que murió está muy lejos de lo que uno sentía que era su personalidad. La veta de grabadora ha sido preciosa. A veces hasta parecía no demasiado seria o superficial, porque tenía un gran sentido del humor. Siempre supe que era una persona de izquierda, pero al leer sus libros me entero lo comprometida que estaba. Creo que Yenia es una personalidad que influyó en nosotros con su optimismo, con su fuerza, con su exigencia artística. Fue incluso asesora de alguna de las puestas de Chejov».

«La última vez que la vi fue hace un mes, en el estreno de ‘El Avaro’ en El Galpón. Estaba sola, me llamó la atención porque ella siempre venía a los estrenos con Mario. Le pregunté por él y no largó prenda. Toda la procesión la tenía por dentro y uno sin saber…

Después vino la noticia de esta muerte tan pensada, tan rusa de Dostoievski».

«Una estupenda mujer, solidaria, probablemente adelantada a su época de acuerdo a con quién estaba. Con El Galpón trabajó muy bien y tuvo la oportunidad de mostrar su audacia.

Mario era más serio, ella era la espuma. Nos deja recuerdos positivos. Uno piensa en ella y cuesta estar triste. Tenía una personalidad compleja. Lo demostró en la vida y con su muerte».

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