RECHAZO

Crean un robot sexual que permite simular una violación

"La violación no es un acto de pasión sexual. Es un crimen violento. No deberíamos estar alentando a los violadores a que encuentren una supuesta salida segura", advierte la fundadora del Everydaysexism.

Crean un robot sexual que permite simular una violación. Foto:  True Companion
Crean un robot sexual que permite simular una violación. Foto: True Companion

Los juguetes sexuales con forma de muñeca no son algo nuevo, existen desde 1930, sin embargo a medida que pasa el tiempo y gracias a la tecnología generan cada vez más polémica y rechazo, ya que la idea es que tengan cada vez una imagen más realista permitiendo a quienes las usan la posibilidad de hacer lo que quieran con una «mujer».

Las voces en contra de las muñecas sexuales consideran que las relaciones con estas figuras humanoides chocan frontalmente con el respeto a la mujer, mientras que los desarrolladores argumentan que su objetivo simplemente es mitigar la soledad de los solteros del mundo.

La nueva polémica llegó tras el lanzamiento por parte de la empresa True Companion de un nuevo robot sexual llamado Frigid Farrah, que es una versión de la ya clásica robot Roxxxy Gold, que viene con la opción de «modo frígido». Esa muñeca viene preparada para recrear la escena de una violación de una mujer. Los creadores del robot lograron hacer 5 modalidades de frigidez, poniendo a Frigid Farrah como «reservada y tímida» o «incómoda con tus toqueteos».

El robot cuenta también con receptores que provocan que la cara se transforme en la de una mujer que está sufriendo cuando la tocas descaradamente.

En la descripción del sitio web de la empresa afirman que Frigid Farrah no intenta reproducir el mundo real, y argumenta que sus robots «permiten a todos realizar sus sueños sexuales más privados».

Rechazo

La fundadora de Everydaysexism (sexismo cotidiano), Laura Bates, hizo una fuerte crítica al nuevo robot en artículo publicado en el New York Times.

«Frigid Farrah es tímida y reservada, y puedes violarla por solo $9,995″, denuncia en el texto.

Ante quienes manifiestan que «es mejor que violen a un robot que a una persona real», Bates alerta que «la idea de que los robots sexuales podrían reducir la violación es profundamente defectuosa. Sugiere que la violencia masculina contra las mujeres es innata e inevitable, y sólo se puede mitigar, no prevenir».

A su vez considera que objetos como Frigid Farrah normalizan la violencia sexual y no la visibilizan como el crimen que es, mientras que envían un mensaje de «impunidad para los perpetradores».

«La violación no es un acto de pasión sexual. Es un crimen violento. No deberíamos estar alentando a los violadores a que encuentren una supuesta salida segura», recalca.

Para Bates es necesario, al igual que ocurre con los robots sexuales infantiles, que se hable de que es ilegal tener sexo una mujer adulta que no ha dado su consentimiento, «el consentimiento no es algo que estos robots sean capaces de hacer», recordó.

Finalmente señaló que si bien es cierto que los robots no son mujeres reales, éstos «posicionan a las mujeres como juguetes» y, al «hacer que estos robots sean tan realistas como sea posible, sus creadores están vendiendo mucho más que una ayuda sexual inanimada: Están reproduciendo efectivamente mujeres reales, con todo, excepto la autonomía».

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