Ecuador tiene cerca de 200 centros en los que internan a mujeres homosexuales para que “se curen”

Un informe difundido por el diario El Mundo, a partir de una investigación de la fotógrafa Paola Paredes reveló que en Ecuador funcionan instituciones que dicen tratar la adicción a las drogas y el alcohol pero, en realidad, reciben a mujeres enviadas por sus familias para que las «curen» de su homosexualidad.

Según el informe esos lugares cobran cerca de 800 dólares mensuales y maltratan a las mujeres de diversas formas.

Para la investigación Paredes habló con personas que habían estado semanas en estos centros, y también se infiltró en algunos de ellos con un micrófono escondido entre la ropa haciéndose pasar por interesada en los servicios que brindan.

La fotógrafa pudo comprobar que en esas instituciones obligan a las chicas a un régimen de feminidad forzada, a usar maquillaje, faldas cortas y tacos altos para que se sientan «mujeres reales». También que se practican violaciones «correctivas», torturas con sogas y guantes, maltratos psicológicos con insultos, alimentación forzosa y hasta las obligan a escuchar música católica. Todo para que se «deshomosexualizasen». A raíz de los testimonios recogidos realizó una serie fotográfica que representa los «tratamientos» diarios que reciben los «pacientes» de estas clínicas de conversión para homosexuales y transexuales. «Hasta que cambies» es el título de la serie protagonizado por ella misma.

Según reveló Paredes los centros funcionan de manera independiente y están ubicados en lugares remotos, pueblos pequeños o zonas rurales. «No son parte de ninguna entidad del Gobierno. Pero el Ministerio de Salud Pública es el encargado de regular estas clínicas. Si se enterase de que encierran homosexuales dentro, tendrían que cerrarlas porque en Ecuador es ilegal encarcelar a personas por su orientación sexual», expresó al respecto.

La fotógrafa aseguró que las secuelas en las internadas son notorias: «Una de las chicas con las que me entrevisté salió hace dos años y todavía lo está superando. Desde que abandonaron el centro, algunas tienen conflicto con su homosexualidad. Ellas mismas se preguntan por qué son lesbianas», explicó.

Según el artículo de El Mundo, la primera vez que Paredes fue consciente de la existencia de estas clínicas fue hace cuatro años por una amiga. «En ese momento no había salido todavía del armario, así que la historia me llegó de una manera muy personal», detalló la fotógrafa que contó que su primer pensamiento fue que ella podía ser una más a la que su familia enviaba allí para que la deshomosexualizasen. Dos años después, sentó a su familia alrededor de una mesa y les contó que era lesbiana.

Desde 2014 Paredes ha estado trabajando activamente en temas que afectan a la población LGTBI en Ecuador. Y a través de una campaña de crowdfunding, junto a la Fundación Causana, una de las organizaciones de LGTBI más grandes del país, quiere crear conciencia y llamar la atención de la opinión pública, conseguir que cierren estos lugares y promover el apoyo psicológico a las víctimas. Su intención es impartir charlas en Ecuador sobre la homosexualidad y los derechos humanos para llegar a más de cinco millones de personas, a través de escuelas, universidades y pequeñas ciudades.