Fitch mantiene grado inversor de Uruguay pero baja su perspectiva a negativa

Fitch Ratings dio a conocer este viernes su informe sobre la economía uruguaya, y si bien mantuvo la calificación en “BBB-”, de todos modos revisó la perspectiva de estable a negativa.

Según la calificadora de riesgo, la revisión de perspectiva “refleja déficits fiscales persistentes y una carga de deuda alta y creciente que está erosionando el espacio de políticas para enfrentar los choques, en un contexto de condiciones de financiamiento global más restrictivas y un entorno macroeconómico desafiante en la región”.

Fitch considera que las probabilidades de medidas de ajuste fiscal son bajas en el período de pronóstico hasta 2020, “debido a que incluye un ciclo electoral”.

La calificadora espera que la economía uruguaya “siga siendo ampliamente resistente a las turbulencias económicas en la región”.

Sin embargo, “el crecimiento ha sido débil en relación con los pares ‘BBB’ en los últimos años”, y proyecta que tendrá un “desempeño inferior”, y los vientos en contra regionales “podrían presentar una desventaja adicional”.

Las calificaciones de Uruguay están respaldadas por “fuertes características estructurales en términos de desarrollo social e institucional, alta liquidez externa, una posición crediticia externa neta, deuda pública de largo plazo y amortiguadores de liquidez que mitigan los riesgos financieros”.

La economía de Uruguay “se está desacelerando, ya que los impulsores cíclicos de una moderada recuperación del 2,7% en 2017 se han desvanecido y han surgido nuevos vientos en contra”.

“Una desaceleración real de los salarios luego de un repunte de la inflación y una débil confianza del consumidor pesan sobre el consumo, mientras que las exportaciones netas se enfrentan a los vientos en contra de una sequía que afecta la producción agrícola y la pérdida de la competitividad del tipo de cambio con respecto a los vecinos”, indica.

También expresa que la inversión fija “podría estar tocando fondo después de una contracción real acumulada del 25% desde 2014”. Mientras que “una tendencia a la pérdida neta de empleos desde 2014 refleja un contexto económico desafiante”.

Por otro lado, Fitch proyecta que el crecimiento del PIB real será de 2% en 2018 y 1.5% en 2019, “aunque los riesgos a la baja permanecen”.

Sistema bancario sólido

Las proyecciones incorporan “un impacto negativo moderado de la recesión naciente de Argentina y la crisis monetaria, que afectará a Uruguay principalmente a través de los flujos turísticos”.

Remarca que “los vínculos financieros directos entre los países son estrechos y el sistema bancario de Uruguay sigue siendo sólido”.

Fitch espera que la construcción de UPMII “proporcione un impulso significativo a la inversión y las perspectivas de crecimiento para 2020”.

Empero, las perspectivas de inversión, más allá de este megaproyecto, “parecen restringidas, como lo demuestra una baja tasa de inversión del 16%” .

Destaca que el gobierno ha renovado un régimen de incentivos fiscales y ha tomado otras medidas para alentar la inversión, “pero tiene un margen limitado para reformas importantes debido a las restricciones fiscales”.

Remarca que la inflación se situó en el 8,3% en septiembre, “habiendo aumentado por encima del límite superior del 7% de la meta oficial”

El Banco Central (BCU) “mantiene oficialmente una postura de política contractiva, pero no la ha ajustado a pesar del repunte de la inflación”.

Asimismo, indica que la inflación por encima del objetivo “ha planteado un escenario difícil para una importante ronda de negociaciones salariales en el sector privado”.

En cuanto a las finanzas públicas, afirma que “comenzaron a deteriorarse nuevamente en 2018, luego de una mejora en 2017 debido a las medidas de ajuste”.

De todos modos, otras calificadoras como Moody’s y Standar and Poor’s mantienen el grado inversor con una perspectiva estable.