Confianza del consumidor se encuentra en zona de optimismo por fortalecimiento del peso
La confianza del consumidor se encuentra en zona de optimismo, lo cual se explica por el fortalecimiento del peso uruguayo frente al dólar, a lo que se suma la desaceleración de la inflación.
El fortalecimiento de la moneda local frente al dólar es parte de la explicación, pero en abril además se suma una inflación que continúa “desacelerándose” y se refleja en expectativas de inflación más bajas, lo que a su vez impacta en forma positiva en las expectativas sobre la “situación económica del país” y “personal”.
Dicho impacto positivo de las expectativas de inflación en la confianza es un factor que también se registra en los países de la región, se indica en el informe.
La recuperación de la confianza en abril es generalizada en materia de “otros indicadores de confianza económica”, donde se recuperan en “magnitud relativamente importante” las “expectativas de inflación”, así como las de “ingresos de la familia” y las “expectativas de desempleo”.
Luego de que el Índice de Confianza del Consumidor en noviembre quedara al límite de la zona de pesimismo (49,9), se había iniciado una racha de caída de la confianza, que en marzo se profundizaba con una caída de 3,3 puntos.
En este marco, la mitad de los 6,2 puntos de aumento del índice en abril recuperarían la caída del mes previo, y la otra mitad señalarían una convergencia a la “tendencia de gradual mejora de la confianza que se había iniciado en el segundo semestre de 2016, y que finalmente en abril deja al Índice de Confianza en zona de optimismo”.
Compra de bienes durables
El subíndice que más se recupera en el mes “Predisposición a la compra de bienes durables” (34,6%), es el que más se había contraído en marzo (-18,0%), por lo que, nuevamente, la mitad de la recuperación del mes revierte la caída de marzo, y la otra mitad es la que se podría considerar una señal de mejor percepción del consumidor respecto a si es un “buen momento para comprar”.
De acuerdo al informe, el dato indicaría que “el consumo tendería a sostener su gradual recuperación”.
Para este resultado habrían sido clave, en un marco de “marcada desaceleración” de la inflación y de tipo de cambio que permanece en la franja de los 28 pesos las mejores expectativas de inflación, que se traducirían en “mejores expectativas económicas a nivel personal y país, básicamente por su impacto en el poder de compra esperado de los ingresos de las familias”.
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