"Grado inversor"

A diez años de la peor crisis económica de su historia, ayer el riesgo país de Uruguay cayó a 103 puntos básicos, el menor desde 1988

Portada de Página/12 del 31 de julio 2002

El riesgo país alcanzó los 103 puntos básicos, la menor cifra en 14 años, cuando se ubicó en los 100 puntos, según la tradicional medición que realiza el fondo de pensiones República AFAP.

La noticia coincide con una conmemoración agridulce para Uruguay, los diez años de la que ha sido catalogada como la peor crisis económica de su historia, que se abatió sobre el país en el invierno del año 2002. Pese al amargo  trance que aquello significó para toda la sociedad uruguaya, lo «dulce» viene por la sostenida recuperación experimentada por su economía desde que logró revertir aquella terrible asfixia.

Diez años después de la peor crisis financiera de su historia, en la que Uruguay estuvo al borde de una moratoria y sufrió un fuerte aumento de la pobreza y la emigración, el país recuperó la confianza de los inversores y aprendió varias lecciones.

«Cuando uno mira en perspectiva qué le sucedió a la economía, cómo estaba el país y cómo está ahora, hemos transitado a partir de 2003 diez años de crecimiento económico ininterrumpido y además muy dinámico», dijo a la AFP Gabriela Mordecki, directora del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de la República.

No obstante, «la crisis fue muy profunda y generó pérdidas irrecuperables», recordó, citando el cierre de empresas o el incremento de la emigración.

En los años 2002 y 2003, 52.000 uruguayos abandonaron el país, sobre una población de 3,2 millones de habitantes, unas 200 empresas quebraron, la pobreza se duplicó y la indigencia se triplicó, alcanzando niveles de 38% de la población y 4%, respectivamente. En 2004, se estimaba que el 56% de los niños vivía en la pobreza.

La crisis financiera llegó al país de la mano de la que sacudió a fines de 2001 a Argentina, entonces principal socio comercial de Uruguay. En enero de 2002 quebró el Banco de Galicia, cuyos depósitos eran fundamentalmente de argentinos.

Mientras el gobierno de Jorge Batlle (2000-2005) intentaba reducir los temores al contagio, la situación se agravó tras conocerse que el Banco Comercial, entonces el principal privado del país, había sido vehículo de una estafa por sus dueños por 200 millones de dólares.

Largas filas en los bancos y una corrida bancaria que se llevó más del 45% de los depósitos y provocó una reducción de los activos de reserva del Banco Central superior a 80%, fueron seguidas por un ajuste fiscal, el pasaje a libre flotación de la moneda -que disparó la cotización del dólar- y la caída del ministro de Economía, Alberto Bensión.

El 30 de julio el gobierno decretó un feriado bancario que se extendió hasta el 5 de agosto.

Con la presión de los organismos internacionales para que declarara el default como Argentina, el país finalmente logró un préstamo puente de 1.500 millones de dólares por parte del Tesoro de los Estados Unidos, lo que habilitó el apoyo del FMI, reprogramó vencimientos de depósitos de los dos mayores bancos públicos y suspendió las actividades de cuatro bancos privados.

«Fue un vía crucis terrorífico», recordó Batlle al diario El Observador.

En enero de 2003 hubo otra corrida ante inminentes vencimientos de deuda pública. Finalmente el país logró reprogramar deuda por 5.000 millones de dólares, mediante un canje voluntario.

Recuperar la confianza

A Uruguay le costó diez años recuperar el grado inversor que perdió en 2002. La agencia Standard and Poor’s (S&P) se lo devolvió en abril de este año y Moody’s esta semana, en los dos casos con elogios a las «perspectivas sólidas» de crecimiento económico y la «mejora de los indicadores fiscales y externos».

La economía uruguaya se encamina en 2012 a crecer 4%, mientras que el desempleo, que durante la crisis de 2002 llegó al 20,4%, ronda actualmente el 6%.

Para Mordecki, la crisis dejó lecciones. Hubo «una reestructuración del sistema bancario, (…) el país ha generado controles mucho más estrictos y exigentes que hablan de una mayor solidez del sistema y hoy en día todo el mundo está de acuerdo en que el sistema bancario está saneado».

En la política monetaria, «hemos logrado reglas claras más alla de los cambios políticos», destacó.

Otro factor que resaltan las autoridades es la reducción de la dependencia de la economía argentina, con una fuerte diversificación del intercambio comercial.

También los inversores apuestan a la diversificación.

El economista Pablo Montaldo, presidente de la Bolsa de Valores de Montevideo, recordó que «2003 fue un año bisagra para los intermediarios y los inversores, porque Uruguay estuvo a punto de entrar en default».

«Lo que siempre habíamos creído los uruguayos, que los papeles del Estado o de empresas públicas eran prácticamente de riesgo cero, nos dimos cuenta que no era así. A partir de ahí, el uruguayo cambió un poco la perspectiva y empezó a diversificar su portafolio», indicó a la AFP.

Aunque el gobierno promueve la cautela ante la crisis mundial, asegura que el país está mucho más preparado que en 2002 para enfrentar un shock externo.

La pobreza alcanza al 13,7% de la población y la indigencia al 0,5% según datos oficiales de 2011.

La aplicación de políticas específicas para superar la pobreza y mejorar la distribución de los ingresos hacen que «exista una red de políticas sociales que también hacen al país menos vulnerable ante la posibilidad de volver a caer en una crisis», evaluó Mordecki.

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