Euros: 100 mil millones

Fuerte rescate de Unión Europea para impedir derrumbe de la banca española

España anunció este sábado su intención de pedir ayuda financiera a la zona euro, que se ha mostrado dispuesta a otorgarle un préstamo de hasta 100.000 millones de euros para sanear su sector bancario, debilitado tras el estallido de la burbuja inmobiliaria.

«El gobierno español declara su intención de solicitar ayuda financiera europea para la recapitalización de aquellos bancos que lo necesiten», afirmó el ministro de Economía, Luis de Guindos, en rueda de prensa tras una teleconferencia de los 17 ministros de Finanzas de la unión monetaria, en la que también participó la directora gerente del FMI, Christine Lagarde.

El Eurogrupo se mostró dispuesto a responder «favorablemente» a la petición española afirmando que «el montante de la financiación debe cubrir las necesidades de capital con un margen de seguridad adicional, con una suma estimada de hasta 100.000 millones de euros en total».

«Tras la solicitud de pedido formal, una evaluación será realizada por la Comisión, conjuntamente con el BCE, el EBA (ndlr: la Autoridad Bancaria Europea) y el FMI, al igual que una propuesta con las condiciones para el sector financiero», precisó el Eurogrupo en un comunicado.

«Lo que se pide es un apoyo financiero, no tiene nada que ver con un rescate», dijo De Guindos, antes de insistir en que «las condiciones se les van a imponer a los bancos, no a la sociedad española», descartando que el préstamo vaya a entrañar más medidas de austeridad para los españoles ni suponga un rescate, al estilo de Grecia, Irlanda o Portugal.

«No hay ningún tipo de condicionalidad macroeconómica, ningún tipo de condicionalidad fiscal, ningún tipo de reformas económicas fuera del ámbito del sector financiero», aseguró el ministro, aunque el Eurogrupo se declaró «confiado en que España honrará sus compromisos de reducción de déficit y en lo relativo a las reformas estructurales para corregir los desequilibrios macroeconómicos».

«Los progresos en estos terrenos serán vigilados muy de cerca y con regularidad, paralelamente a la asistencia financiera» ofrecida, subrayó.

De Guindos insistió en que la ayuda apunta sólo al 30% de los bancos españoles que tienen más dificultades, identificados como tales por el informe del FMI publicado el viernes por la noche.

Dicho informe estimó en al menos 40.000 millones de euros las necesidades del sector, pero el ministro aseguró que el monto acordado con la Eurozona es «una cantidad máxima que incluye un margen de seguridad importante».

Insistió en que la cifra final que pedirá el gobierno dependerá del resultado de la auditoría de la banca española realizada por las firmas alemana Roland Berger y estadounidense Oliver Wyman, que deberá recibir el 21 de junio a más tardar.

De Guindos explicó que los fondos de rescate europeos, el FEEF o el MEDE que entrará en vigor en julio, inyectarán directamente capital al español Fondo público de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que será el encargado de trasladar el dinero a las entidades con problemas.

Esto supone una solución intermedia que satisface a todos, ya que el gobierno español no ve su soberanía amenazada, al no ser una intervención tan dura como la de Grecia, y Alemania también se sale con la suya, al utilizar el fondo de rescate para inyectar capital en un organismo público, con la garantía de que la ayuda está destinada al saneamiento del sector financiero.

Debilitados por su alta exposición a la burbuja inmobiliaria que estalló en 2008, los bancos españoles acumulan en sus balances unos 184.000 millones de euros en activos problemáticos hasta finales del 2011, es decir un 60% de su cartera.

Y el rescate histórico de 23.500 millones de euros solicitado en mayo por Bankia, tercer banco del país en cuanto a activos, había desatado las alarmas haciendo temer a los inversores que España no pudiera hacer frente por sí sola a las exigencias financieras de su sistema bancario.

«Es una cantidad extremadamdente creíble que no deja la más mínima duda sobre la capacidad de recapitalización que tendrá el FROB», insistió De Guindos, después que en las últimas semanas los mercados financieros hubieran mostrado su desconfianza con España, pidiéndole intereses cada vez más elevados para prestarle dinero.

La decisión española ha sido acogida con satisfacción por varios de sus socios como Alemania, cuyo ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, afirmó que «España está en la buena vía», mientras que su homólogo francés, Pierre Moscovici, aseguró que «es un buen acuerdo, es una fuerte señal de solidaridad».

También Estados Unidos «saludó» la iniciativa de ayuda, que desde el FMI, su directora gerente, Christine Lagarge, calificó de «creíble».

De Guindos insistió en que el acuerdo alcanzado este sábado «pone de manifiesto el absoluto compromiso de los países del euro con el proyecto del euro», concluyó.

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