¿Los alimentos con OGM son seguros para niños? Informe clínico puede ayudar a abordar las preguntas de los padres

Los padres y las madres se enfrentan a un dilema creciente: la calidad de la dieta y su impacto en la salud de sus familias. En medio de narrativas contradictorias y desafíos financieros, los progenitores buscan respuestas claras sobre la seguridad de los alimentos para niños que contienen organismos genéticamente modificados (OGM).

En la búsqueda de una guía confiable, el Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA) ha implementado un nuevo etiquetado desde el 1 de enero de 2022, generando preguntas sobre la utilidad y la seguridad de los alimentos modificados genéticamente. Este cambio ha llevado a un aumento en la conciencia sobre la presencia de OGM y herbicidas, especialmente el glifosato, en la alimentación infantil.

En otros países, entre los que destaca Uruguay, también existe una normativa para transparentar la presencia de ingredientes transgénicos en los alimentos, tanto de personas como de animales. Los OGM están mayormente destinados a resistir herbicidas e insectos. Sin embargo, la presencia de residuos de herbicidas, en particular el glifosato, en productos alimenticios transgénicos ha desencadenado preocupaciones sobre posibles efectos en la salud infantil. Aunque no hay indicios de impactos negativos aparte de su asociación con herbicidas, la exposición al glifosato ha suscitado inquietudes sobre efectos cancerígenos y desarrollo prenatal.

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Énfasis en dietas saludables: Más allá de los OGM

A pesar de la controversia en torno a los OGM, la evidencia respalda la importancia de patrones dietéticos saludables para el bienestar de niños y adultos. Los productos transgénicos, diseñados para aumentar la producción sin afectar las características organolépticas de los alimentos, a menudo se encuentran en alimentos ultraprocesados y piensos para animales.

Ante la nueva regulación del USDA que exige el etiquetado de OGM, las familias tienen opciones para tomar decisiones informadas. Las etiquetas pueden incluir términos como «alimento modificado mediante bioingeniería», símbolos gráficos o códigos QR. Además, el etiquetado orgánico garantiza la ausencia de OGM, brindando a las familias una alternativa para evitar productos transgénicos.

Aunque el etiquetado como no OGM es voluntario y gestionado por organizaciones de terceros, las familias pueden optar por productos orgánicos o aquellos etiquetados como no transgénicos. Sin embargo, se plantea un desafío económico, ya que estas opciones tienden a ser más costosas.

En un mundo donde las exposiciones ambientales complejas contribuyen al riesgo para la salud, incluidos los residuos de glifosato, es esencial adoptar un enfoque equilibrado. La clave está en promover patrones dietéticos simples y nutritivos que minimicen los alimentos ultraprocesados, reduciendo así la exposición a herbicidas.

Los padres, guiados por su tolerancia al riesgo, tiempo y presupuesto, eligen alimentos conscientemente. Los pediatras, en su papel fundamental, están capacitados para brindar información práctica y contexto de salud en un espacio personal y multifacético. El nuevo informe clínico de la AAP sobre el uso de productos alimenticios con OGM en niños se presenta como una herramienta valiosa para guiar a los pediatras en su orientación práctica sobre nutrición para familias y comunidades.