«Probado»: Juez procesa a 5 represores y pide extradición de Cordero

El juez consideró probado que la joven fue ejecutada por sus captores, como corolario de la actuación ilegítima de los agentes estatales.

El juez Penal de 2º Turno, Pedro Salazar, dispuso ayer el procesamiento de los militares José Nino Gavazzo, Ricardo Arab, Gilberto Vázquez y Jorge «Pajarito» Silveira, y del ex jerarca policial Ricardo «Conejo» Medina, como coautores de un delito de «homicidio muy especialmente agravado», en el marco de la indagatoria penal por el secuestro y desaparición de María Claudia García de Gelman, en 1976.

Asimismo, el magistrado solicitó la extradición del coronel (r) Manuel Cordero, actualmente procesado en la República Argentina. Sin embargo, el juez Salazar rechazó los pedidos de procesamiento contra el coronel (r) Luis Maurente y el ex jerarca policial José Sande Lima, ante la inexistencia de elementos suficientes para someterlos a proceso.

El fallo formula una extensa narración cronológica sobre el proceso judicial por el secuestro y desaparición de María Claudia García, y un pormenorizado análisis jurisprudencial sobre la responsabilidad de los agentes del Estado uruguayo en la represión dictatorial y su actuación en la República Argentina.

En este sentido, «es un hecho notorio que entre los meses de julio y octubre de 1976 se realizaron diversos operativos en los que se detuvieron por cuerpos militares argentinos y uruguayos a más de media centena de ciudadanos de nuestro país», radicados en Argentina, que tras un «previo» pasaje por el centro de detención «Automotores Orletti», fueron trasladados en forma clandestina hacia Uruguay, a pedido del Servicio de Información y Defensa (SID).

Los detenidos fueron derivados a la Casona de Punta Gorda y posteriormente a la sede del SID, en Bulevar Artigas y Palmar, señala el fallo. Una de las «pasajeras» del vuelo era María Claudia García, una joven sin militancia política y en avanzado estado de gravidez, agregó el magistrado. La joven argentina permaneció detenida hasta dar a luz a su hija, Macarena Gelman, quien fue dejada en una canasta en la puerta de la casa de sus futuros padres adoptivos. «Seguramente luego del parto y de que fue separada de su hija, se procedió a darle muerte, de un modo aberrante, ya que implicó una ejecución y porque además se la mantuvo con vida hasta que dio a luz», expresa el fallo. En este sentido, la historia de María Claudia es un hecho «probado» e, incluso, «admitido por las autoridades de distintos gobiernos democráticos».

El juez Salazar considera, por tanto, la existencia de «una pluralidad de indicios, claros, contundentes, inequívocos», sobre la responsabilidad de los cinco procesados. «Los hechos notorios permiten concluir (…) con certeza razonada de que María Claudia García fue secuestrada, privada de su libertad y ejecutada por sus captores agentes del Estado, de los cuales los citados co-indagados han actuado como coautores por lo menos», concluye el Juez.