Huelgas, marchas y represión en Francia

Francia inició su tercera huelga en siete meses contra las políticas económicas del presidente Emmanuel Macron con la unión de todos los sindicatos.

Desde hace diez años no había unidad entre los sindicatos franceses en torno a un llamado a huelga, pero para esta los dirigentes de las nueve centrales sindicales estuvieron al frente de las marchas que se realizaron en más de 130 ciudades del país.

Los sindicatos que representan a 5.7 millones de empleados públicos hicieron llamados a protestar por las reformas planteadas por el Gobierno francés.

Philippe Martínez, líder sindical de la Confederación General del Trabajo, CGT, dijo a Euronews las reformas no son “ni positivas ni necesarias”. Y agregó que son réplicas de las propuestas liberales que no han funcionado en el mundo. “En cuanto más avanzan estas reformas, más se benefician los que más tienen, mientras los que no tienen nada deben repartirse la miseria”.

Se esperan protestas y huelgas para el resto de la semana, mientras que el sábado 26 de marzo tendrá lugar concentración masiva bajo el lema “contra el incendio Macron, un tsunami popular el 26 de mayo”, promovida por el líder izquierdista de la Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon.

«Represión»

Durante el primer día de huelga la policía de Francia reprimió a cientos de manifestantes que participaron en las más de 130 protestas simultáneas que se llevaron a cabo este martes en el país.

Según reporta la prensa local los manifestantes fueron atacados con bombas lacrimógenas, golpes y agresiones por parte de las autoridades antidisturbios mientras se disponían a marchar en las calles de la ciudad.

A su vez hubo cientos de detenidos entre trabajadores públicos y jóvenes enmascarados, quienes quemaron imágenes del mandatario francés.

Las manifestaciones son en rechazo a los despidos injustificados, el recorte salarial, programas sociales y otras medidas económicas impulsadas por el Gobierno.

La última jornada de movilización de este tipo se había realizado el pasado 22 de marzo y reunió a más de 323.000 franceses entre trabajadores ferroviarios, la Confederación General del Trabajo de Francia (CGT) y otros empleados públicos. En esa ocasión la huelga también fue reprimida por las autoridades.