Xi Jinping: «Toda acción o truco para dividir China está condenada al fracaso y enfrentará el castigo de la historia»

El presidente chino, Xi Jinping, durante un discurso en la sesión anual del Parlamento de China, advirtió sobre los efectos de un posible intento de separación por parte de Taiwan.

“Cualquier acción o trucos para dividir a China están condenados al fracaso y enfrentarán la condena del pueblo y el castigo de la historia”, asevertó Xi en una advertencia explícita a Taiwán y a Washington.

El mandatario chino dijo que el gigante asiático impulsará la “reunificación pacífica de la nación” lo que a su entender permitirá al Estado taiwanés aprovecharse de las ventajas de tal proceso.

«Es una aspiración compartida por todos los chinos y que responde a sus intereses básicos de salvaguardar la soberanía e integridad territorial de China, realizar la reunificación completa de China», aseguró.

Y agregó que los chinos ven como “imposible” la división de cualquier pulgada de su territorio. De todas maneras Xi señaló que Pekín no busca amenazar a nadie.

La advertencia de Pekín llega pocos días después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, firmara una ley que permite a los funcionarios estadounidenses «de todos los niveles» viajar a Taiwán para reunirse con sus homólogos, a los que también recibirán en Washington «en términos recíprocos».

Hasta ahora y desde 1979 los contactos entre Washington y Taipéi han sido informales.

Tensión

La decisión de Trump aumentó las tensiones entre Pekín y Washington debido a que China rechaza esa postura, pues cree que podría contribuir a que la isla busque obtener su independencia. A su ve considera que la iniciativa de ley viola gravemente el principio de una sola China y los tres comunicados conjuntos entre China y Estados Unidos.

China considera a Taiwán parte de su territorio a pesar de que se autogobierna, con una administración propia, desde el año 1949.

Las relaciones entre ambos (la China continental y Taiwán) han empeorado desde que Tsai Ing Wen, del Partido Democrático Progresivo, ganó las elecciones presidenciales en 2016. Pekín teme que la nueva presidenta taiwanesa de un paso más allá en la autonomía de la isla e intente declarar la independencia formal de Taiwán, una medida que China considera una línea roja.