Temer envió al Ejército a las calles para intervenir en las protestas que exigen su renuncia
El presidente brasileño firmó un decreto que dispone el envío de tropas federales a la capital durante una semana, luego de que una masiva manifestación en su contra terminara con enfrentamientos con la policía y destrozos en algunos ministerios.
Michel Temer ordenó enviar las Fuerzas Federales de Brasil a las calles para frenar las protestas y manifestaciones registradas este miércoles en Brasilia.
Las manifestaciones, que exigen la renuncia de Temer y elecciones directas inmediatas, terminaron con enfrentamientos entre manifestantes con la policía y destrozos en algunos edificios públicos.
El mandatario no electo de Brasil autorizó a las Fuerzas Armadas a intervenir en la manifestación, otorgándoles poder sobre Brasilia hasta el 31 de este mes.
«Queda autorizado el empleo de las Fuerzas Armadas para garantizar la ley y el orden en el Distrito Federal en el periodo del 24 al 31 de mayo de 2017″, decretó el presidente, según consta en el Diario Oficial de la Unión.
El ministro de Defensa de Brasil, Raúl Jungmann dijo sobre la protesta «Ocupa Brasilia» que «era una manifestación que estaba prevista como pacífica, pero que degeneró en violencia, vandalismo, agresiones al patrimonio público y amenazas a las personas», lo cual «no se puede permitir» en «un proceso que se desarrolla en forma democrática y en el marco de las instituciones».
El ministro agregó que el presidente considera «inaceptable» la violencia desatada y que ha pedido «refuerzos» de tropas para defender los edificios del gobierno.
Está no Diário Oficial da União: Autorização de Temer para que as forças armadas «garantam a lei e a ordem».
Estado de Exceção? pic.twitter.com/xEQK0na9y6
— Jornalistas Livres (@J_LIVRES) 24 de mayo de 2017
«El presidente decretó […] la acción de garantía de la ley y el orden y, en este instante, tropas federales se encuentran en el Palacio del Planalto y en el Palacio de Itamaraty (sedes del poder ejecutivo y del Ministerio de Relaciones Exteriores) y más adelante llegarán tropas adicionales para asegurar que los demás edificios ministeriales permanezcan incólumes», precisó Jungman.
A su vez detalló que el edificio más afectado fue el Ministerio de Agricultura, donde manifestantes prendieron fuego en la planta baja, aunque también hubo daños en otros seis ministerios, así como en la Catedral y en el Museo Nacional de la República.
Reclamo
La marcha fue convocada por los sindicatos de trabajadores y movimientos sociales que exigen la renuncia de Michel Temer, algo que también piden sectores de oposición y miembros de su propia base política en el Congreso.
«Lo que exigimos es simple. Queremos elecciones directas ahora», aseveró Gilmar Mauro del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra.
La movilización estaba planificada desde antes de que estallará el escándalo por la grabación de una conversación entre Temer y el empresario cárnico Batista, y tenía como objetivo ejercer presión sobre los legisladores para que no aprobaran la polémica reforma de pensiones propuesta por el Gobierno de Temer.
Sin embargo luego de la difusión del audio que compromete al presidente no electo, por revelar que avaló el supuesto pago de «silencio» de Eduardo Cunha para que éste no revelara detalles sobre el caso de corrupción en Petrobras, la movilización cambió su consigna principal. El objetivo pasó a ser la exigencia de la renuncia de Temer y la convocatoria a elecciones directas anticipadas, aunque también se repudiaron las impopulares reformas que forman parte del programa de ajuste del mandatario.
La salida de Temer del poder parece inminente, ya que existe presión por parte de todos los sectores políticos del país para que renuncie, y hay varios pedidos de impeachment presentados en su contra. En caso de que eso se concrete la Constitución brasileña establece que se convoquen elecciones indirectas en el Congreso, donde los legisladores elegirán a la persona que completará el mandato iniciado por Dilma Rousseff hasta diciembre de 2018. De allí surge la exigencia de adelantar las elecciones directas, para que sea finalmente el pueblo quien elija al presidente, teniendo en cuenta que desde mayo de 2016 asumió el poder Temer con un programa de gobierno que no fue elegido en las urnas.
De todas formas Temer asegura que no pretende abandonar su cargo voluntariamente: «Mantengo la serenidad, especialmente sobre lo que ya dije: no voy a renunciar. Si quieren, que me derriben, porque si yo renunciara sería una declaración de culpa», expresó.
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