Dilma Rousseff y CFK en una conferencia contra el neoliberalismo de la región

La presidenta de Brasil, destituida por el Senado el pasado 31 de agosto Dilma Rousseff y la exmandataria argentina, Cristina Fernández de Kirchner brindaron una conferencia conjunta en Sao Paulo bajo la consigna «La lucha política en América Latina».

Ambas resaltaron los avances sociales logrados durante sus gobiernos y rechazaron el retroceso al neoliberalismo al que han caído sus países tras la llegada de Michel Temer, de manera ilegítima, y Mauricio Macri.

Rousseff destacó que en Brasil, durante su gestión y el de Lula da Silva, la nación tenía «una fuerte distribución del ingreso, sacando de la pobreza y llevando a la clase media a millones de brasileños».

Y explicó que los servicios como el acceso a la vivienda propia no estaban a disposición de los brasileños, por lo que en su mandato se crearon cuatro millones cien mil casas. Mientras que recordó que se aplicaron políticas de revalorización del salario y prestaciones continuadas.

«También reafirmamos la lucha nacional construyendo con gran esfuerzo dos políticas, una de contenido nacional y la otra el modelo que usamos para la exploración de la capa de presal, esto llegó en un momento determinado, esto es importante desde un punto de vista estratégico, porque ese petróleo que conseguimos va a financiar el gran desafío del país: garantizar que la distribución del ingreso pueda permanecer», precisó.

Contra el neoliberalismo

Por su parte Cristina Fernández consideró que los últimos 15 años de gobiernos nacionales, populares y democráticos en América Latina «han marcado la vida de la región».

«¿Por qué el retroceso si han sido periodos de inclusión social?», cuestionó la exmandataria argentina y consideró que el neoliberalismo y sus aparatos mediáticos es la razón por la cual las sociedades le han dado la espalda a las conquistas de sus derechos de los últimos 15 años. Para CFK a través de sus aparatos mediáticos el neoliberalismo logró crear un sentido común de que todo lo logrado «es producto del esfuerzo personal» y no tiene relación con las oportunidades y las políticas sociales de los gobiernos progresistas.

A su vez manifestó que «el neoliberalismo es una enfermedad que se contagia por múltiples vías. Una es la cultural, otra es la mediática, es un gran desorganizador de la vida. Hasta hace poco tiempo, la gente en mi país tenía una vida programada, sabía si se iba a ir de vacaciones, llegaba a fin de mes».

Y recordó que «en la década de los 90 se crecía un 7 por ciento pero sin inclusión social, cada vez había más excluidos de jubilaciones, trabajo formal, educación».

Pero ante la situación de hoy aseguró que no alcanza solo con resistir, también «hay que organizarse con estrategias claras para modificar la relación de fuerzas”.

“Vivimos toda la vida militando (y en los últimos tiempos) miles y miles de jóvenes se incorporaron a la política” dijo valorando la importancia del activismo juvenil para remontar esta fase adversa en la región.

Elecciones directas

Ambas líderes políticas resaltaron también la necesidad de tener elecciones directas adelantadas en Brasil para que sea realmente el pueblo quien elija a su representante.

“Modelos como el nazismo ya no se aceptan después de la caída de Muro de Berlín (sin embargo) en toda América Latina pasa por una tentativa de vuelta del neoliberalismo y por surgimiento de medidas de excepción, no hay duda que corremos riesgos (…) el riesgo es el de un golpe dentro del golpe” que separe a Temer para dar paso a un gobernante más implacable señaló Fernández que agregó que “como ocurrió durante la dictadura: el golpe uno fue en 1964 y el dos en 1968, el golpe dos suele ser más duro, frente a esta crisis no podemos aceptar una solución por arriba y la única solución es el voto democrático, elecciones directas”.

Dilma resaltó el rol de los estudiantes en ese sentido que han alzado fuertemente la voz contra las medidas de Temer y lamentó que cuando «los jóvenes ocupan escuelas para luchar por sus derechos, son tratados con dureza y represión. Mientras que cuando un grupo invade el Congreso para pedir el regreso de la dictadura militar, se los trata con suavidad».

La mandataria legítima de Brasil criticó fuertemente varias medidas que el gobierno Temer, como la PEC 55 que pretende congelar el gasto público por 20 años, la reforma de las pensiones, y la indicación de los retiros de los derechos laborales.

Para luchar contra todo eso considera que deben establecerse dos medidas de emergencia para sacar al país de vuelta a la normalidad democrática que son «elecciones directas y la reforma política.»