Wall Street: US$18 millones de indemnización para joven sueca que se negó a tener sexo con su jefe

Un jurado federal con sede en Nueva York, condenó a un alto ejecutivo de Wall Street, por haber acosado sexualmente a una contratada, y después de haber logrado sus fines, haberla despedido. La joven sueca le había plantado una demanda por 850 millones de dólares, pero el jurado entendió que 18 millones de dólares eran “lo justo” por los cuatro encuentros sexuales “forzados”, y el despido posterior.

El jurado de Manhattan condenó a ejecutivo a indemnizar con 2 millones de dólares a la mujer, además de 16 millones de dólares por daños punitivos por acoso sexual, represalias y difamación. Foto: Wikimedia Commons.
El jurado de Manhattan condenó a ejecutivo a indemnizar con 2 millones de dólares a la mujer, además de 16 millones de dólares por daños punitivos por acoso sexual, represalias y difamación. Foto: Wikimedia Commons.

Hanna Bouveng, de 25 años, acusó a Benjamin Wey –máximo ejecutivo del New York Global Group, con unos 1,000 millones de dólares de capital- por haber empleado su poder de dueño de la empresa para forzarla a tener “encuentros sexuales”, cuatro en total según la declaración. La joven –originaria de Vetlanda, Suecia- dijo que a poco de ser contratada, el director general comenzó un “acoso implacable”, hasta que ella cedió. Pero tras los encuentros la joven decidió cortar la relación y se negó a tener más contactos. El ejecutivo la despidió y ella luego encontraría “un hombre en su cama del departamento que el director le había ayudado a costear”. La mujer volvió a Suecia.

El acoso cruza el océano y la persigue

Tras el despido la mujer volvió a Suecia, donde empezó a trabajar en una cafetería en Estocolmo. Hasta allí la siguió Wey para increparla por el abandono. “El mensaje fue muy claro: ‘En donde sea que estés, hagas lo que sea que hagas, te encontraré y me vengaré´”, explicó el abogado de la joven, David Ratner, al jurado neoyorquino.

Como no logró su objetivo, el hombre comenzó además a publicar artículos en su blog, donde acusó de “prostituta”, “liviana” y “extorsionista” a la mujer que había despedido.

Wey tiene también su versión de los hechos: según él no tuvo relaciones con su ex empleada (el ejecutivo de 43 años es casado), y la calificó de “oportunista” a la que debió enseñar el trabajo con generosidad. Explicó que la joven había adoptado un estilo de vida que le impedía además, concentrarse debidamente en las exigencias de la labor.

El jurado de Manhattan condenó a ejecutivo a indemnizar con 2 millones de dólares a la mujer, además de 16 millones de dólares por daños punitivos por acoso sexual, represalias y difamación, pero negó los cargos de “agresión” que la demandante denunciaba.

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