China: contaminación cambia la infancia en las ciudades por riesgo extremo

Las medidas están modificando de plano la vida urbana de los más pequeños en las capitales provinciales de la segunda potencia mundial, y los pediatras reconocen que no tienen una solución a la vista, salvo recomendar que todos los pequeños salgan con mascarillas a la calle, se expongan lo menos posible al aire libre, y se utilicen sistemas de filtrado para el aire que se respira dentro de las casas.

Los padres han comenzado a encerrar a sus pequeños en casa, lo que está condicionando la vida social de los niños, e incluso los colegios han debido limitar y hasta cancelar las tradicionales excursiones y paseos al aire libre. Muchos colegios para ricos, están construyendo enormes cúpulas sobre los campos de deportes para garantizar una respiración saludable, pero ello es para una elite, en su mayoría de extranjeros residentes.

El sueño de los padres chinos vuelve a ser, emigrar

Después que los cambios económicos consolidaron la posición de millones de familias en las grandes ciudades, y estimularon nuevamente el espíritu de los chinos para mantenerse a pie firme en su país, la situación –a consecuencias de la contaminación- vuelve a entrar en fuerte controversia. Irse del país ya no es una meta tan lejana, y muchos creen que de lo contrario no pasarán muchos años antes que una enfermedad los mate.

Mientras cada día se sabe de más ejecutivos extranjeros que abandonan lucrativos cargos para dejar atrás las nubes tóxicas que invaden las ciudades, el Gobierno reconoce el temor que muchos de los talentosos y experientes empresarios y técnicos del país estén abandonando el país o preparándose para ello.

Médicos del Hospital United Family de Pekín, uno de los más renombrados, han reconocido que se vive en un nivel de ansiedad más alto que nunca antes por el tema, e incluso los médicos cuyas esposas han tenido familia, anunciaron su intención de abandonar la capital.

Si bien las autoridades afirman que el fenómeno está “bajo control”, la falta de cambios en las políticas de crecimiento y la escasa normativa ambiental, no alcanzan a dar respuesta a los 9.000 pacientes diarios con enfermedades respiratorias, que han colmado las instalaciones del Hospital Infantil de Pekìn, reconoció la agencia de noticias estatal Xinhua.