Barcelona se negó a jugar semifinal de la Copa del Rey

BARCELONA, España- Barcelona cedió su partido de vuelta en las semifinales de la Copa del Rey del fútbol español contra Atlético Madrid ayer de una manera extraña. El club había reclamado desde el viernes que tenía pocos jugadores disponibles debido a compromisos internacionales y lesionados y sería incapaz de desempeñarse de una manera decorosa.

Los directivos querían que el encuentro fuera disputado el 16 de mayo, pero la Federación de Fútbol española rechazó la propuesta, diciendo que sería injusto para los otros semifinalistas, el Real Madrid y Espanyol.

El vicepresidente del club catalán, Nicolau Casaus, dijo a periodistas en el estadio, 18 minutos antes del inicio del encuentro programado, que los directivos de Barcelona habían decidido finalmente que el club no jugaría el partido. Pero el acto final fue protagonizado en el círculo central del Nou Camp en vez de la sala de sesiones de la junta directiva. Atlético entró al terreno 10 minutos antes del pitazo inicial y esperó pacientemente a que llegaran sus rivales. Tres minutos después del programado inicio, los jugadores del Barcelona –nueve futbolistas de campo y dos porteros– salieron de los vestidores uniformados, pero permanecieron con las manos colocadas detrás de sus espaldas en la línea de medio campo. El capitán de Barcelona, Josep Guardiola, entonces salió del mediocampo y dijo a su similar del Atlético, Santi Denia, y al árbitro Manuel Díaz Vega que el resto de sus compañeros de equipo no jugaría el partido. Después de estrechar las manos de Denia y Díaz Vega –y mientras Díaz Vega se encogía de hombros–, Guardiola y los otros jugadores de Barcelona regresaron a los vestidores.

Atlético se adjudicó los tres puntos y clasificó a la final. Hubo más miembros de la prensa que aficionados en el Nou Camp.

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