SEMBLANZA

Oscar «Maestro» Tabárez: una vida dedicada a devolver a Uruguay a la élite del fútbol mundial

Sin recetas mágicas y con el trabajo y la unión del equipo como estandartes, Oscar Tabárez es el artífice del renacer de la selección uruguaya que en los últimos años recuperó parte de su mística histórica y el romance entre jugadores y afición.

Óscar Washington Tabáre. foto gentileza tenfield

«El camino es la recompensa»: así definió el entrenador su ideología frente a miles de personas que coparon en 2010 las calles de Montevideo para festejar con el equipo la sorpresiva obtención del cuarto puesto en el Mundial de Sudáfrica. La frase define a la perfección el perfil de un hombre que en su extensa carrera vivió grandes éxitos y algunos fracasos, sin apartarse de sus ideas.

«A la realidad hay que aceptarla siempre, pero el ejercicio de lo que podría haber sido a uno siempre lo reubica para no marearse (…) ni irse hacia la euforia, ni hacia la depresión», comentó en 2012 Tabárez al exbasquetbolista uruguayo Horacio López, autor de un libro de conversaciones con el entrenador.

Ese apego a la reflexión y su hablar pausado marcan cada entrevista y conferencia de prensa brindadas por el DT, aunque la calma desaparece cuando algún periodista pide pronósticos sobre partidos por jugar o solicita que evalué en público cómo se desempeñó algún jugador.

Con esa filosofía, Tabárez se ha mantenido alejado de las polémicas en el entorno de la selección, dándole al equipo una tranquilidad de la que carecía en las últimas décadas. Esa discreción también hizo que el entrenador transitara en silencio durante varios años dolorosos problemas físicos que logró revertir a fines de 2013 con una operación de columna.

Dentro de la cancha, sus equipos son conocidos por privilegiar el orden en defensa y nutrir el mediocampo de jugadores que aseguren la contención, un estricto esquema que se rompe en ataque privilegiando la calidad de sus jugadores sobre la táctica.

Carrera con luces y sombras

Tras una discreta carrera como defensor en equipos uruguayos y el Puebla de México, este maestro de profesión comenzó su camino como entrenador en las divisiones inferiores del modesto club local Bella Vista.

Pero su primer gran éxito como DT llegó en 1983 al conquistar con una selección alternativa uruguaya la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Caracas. En clubes, la explosión de Tabárez llegó en 1987 cuando encaminó a Peñarol a la obtención de su quinto y último título en la Copa Libertadores de América.

Otro de los momentos emblemáticos de su carrera se dio en 1992 cuando bajo su mando Boca Juniors alcanzó el título de campeón argentino tras once años de sequía. En cambio, un corto pasaje por el gigante italiano AC Milán (1996-1997) quedó como uno de sus momentos más bajos como entrenador.

A lo largo de su periplo, fue DT también de Deportivo Calí de Colombia, el Cagliari italiano, Oviedo de España y Vélez Sarsfield de Argentina.

La revancha

Tabárez tuvo su primera experiencia al frente de la selección uruguaya entre 1988 y 1990, cuando clasificó al equipo al Mundial de Italia-1990, donde fue eliminado en octavos de final por el combinado local.

Más allá del resultado, esa etapa de Tabárez al frente de la celeste estuvo marcada por polémicas fuera de la cancha que pusieron en duda su poder de mando.

Dieciséis años después, Tabárez retornó a comandar a la celeste y la clasificó en un repechaje al Mundial de Sudáfrica-2010 y allí sorprendió al mundo al guiar a sus dirigidos al cuarto lugar.

Un año más tarde, Uruguay se dio el gusto de eliminar en su casa a Argentina en cuartos de final y conquistar ante Paraguay su decimoquinto título de campeón en la Copa América.

En simultáneo, el entrenador fue vital en la reorganización del trabajo en divisiones inferiores del combinado, logrando clasificar a cada categoría a sus respectivos mundiales y alcanzando en 2011 por primera vez el vicecampeonato del orbe en la categoría Sub-17.

Respetado por un plantel de jugadores con estrellas como Luis Suárez y Edinson Cavani, que aceptan ser uno más dentro de un equipo donde la disciplina, la humildad y el apego al trabajo son la norma, Tabárez llega a Brasil-2014 con el respaldo de una de las aficiones más fanáticas del mundo.

Fiel a sus ideas, el entrenador de 67 años reconoció a periodistas en marzo que «sería una sorpresa» que su equipo llegue a la final en Brasil-2014. Sin embargo, dejó la puerta abierta a la esperanza de los hinchas celestes al reconocer que piensa llevar otra vez «un equipo que dé pelea» en el campeonato. AFP

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