Campeón

Bayern ganó la Champion

El holandés Robben se transformó en el héroe de Wembley al marcar el gol del triunfo a los 89 minutos

Equipo Bayern

Borussia Dortmund y Bayern Múnich demostraron que, hoy por hoy, están a años luz de sus rivales continentales, Barça y Real Madrid incluidos. Circulan con una marcha más, a velocidad de crucero, imparables. El choque de trenes fue colosal, titánico y se resolvió de la forma más inesperada, con Arjen Robben rompiendo, en el minuto 89, su particular maleficio en las grandes citas (1-2).

El holandés había encadenado frustración tras frustración desde que en 2009 cayó ante el Inter en la final de la Copa de Europa.
Luego vino el Mundial, otra Champions en 2011 e incluso una final de la Copa de Alemania. Tantos momentos tristes se borraron de un plumazo con su regate a Hummels mientras Subotic, de rodillas en el suelo, se rendía antes de presentar batalla. Luego el extremo, un hombre marcado por sus decisivos errores en los uno contra uno, salvó la salida de Weindefeller con un toque suave, ligero, dócil, que se coló en la portería para decidir una de las mejores finales de los últimos años.
Robben espantó sus fantasmas y estalló en un llanto desconsolado cuando el árbitro señaló el final del encuentro. Tantas decepciones, tanta tristeza, tanta rabia se desataban sobre el césped, concentrándose en las lágrimas que resbalaban por su mejilla, listas para explotar nada más entrar en contacto con la hierba. Él era el reflejo de un Bayern que temía dejar escapar su tercera Champions en cinco años.
Su temporada de récord merecía el colofón final. También el técnico de los bávaros, Jupp Heynckes, ‘obligado’ a retirarse tras el fichaje de Pep Guardiola. Tampoco era una injusticia que ganara el Dortmund de Klopp, un equipo valiente que durante muchos minutos pasó por encima de su rival.
El Borussia comenzó el partido con exuberancia y gran intensidad, más decidido, con una presión asfixiante y rápidos ataques. Gundogan estaba siendo el artífice de este dominio. Esencial en la recuperación, tácticamente impecable, dominando el ritmo con gran tranquilidad. Bender le complementaba, trabajando a destajo.
El Bayern, con más posesión, creaba peligro únicamente cuando imponía su superioridad física. A cambio, sufría con las combinaciones de Reus y Lewandowski. Una tras otra, las ocasiones del Dortmund fueron cayendo hasta convertir a Neuer en el héroe momentáneo de su equipo.
Y si el portero del conjunto bávaro ejercía gran influencia en su área, el guardameta del Dortmund respondía con la misma eficacia. Prodigiosa fue su mano en un cabezazo de Mandzukic y excelente la forma que aguantó en un cara a cara con Robben. En ese fallo parecieron desatarse de nuevo las peores pesadillas el holandés, las que tienen que ver con Casillas y con Cech. Augurios que se confirmaron al filo del descanso, con una nueva oportunidad errada por el extremo, que disparó a la cara de Weidenfeller cuando tenía toda la portería a su merced.
Fue sólo un espejismo. Porque esta era la final de Robben, la noche de Robben, el momento culminante de su azarosa carrera. El gol de Mandzukic que abrió el marcador en el minuto 59 llegó tras una acción que inició el extremo de Groningen, en la que apareció circunstancialmente Ribery y en la que Robben recuperó el protagonismo para hacer llegar el balón en condiciones al espigado delantero croata.
El partido se rompió con el 0-1. El Borussia Dortmund se vino abajo, perdió fuelle, se le vio más disperso, menos confiado y clarividente. El equipo de Klopp perdía el ímpetu del primer tiempo y se desvanecía ante la superioridad física e Javi Martínez, la capacidad de desmarque de Muller y las carreras de Robben.

Empate transitorio del Dortmund

Un penalti absurdo de Dante sobre Reus devolvió al BVB al encuentro. Fue una patada sin sentido del central brasileño, en el estómago del delantero alemán, a destiempo y sin medir las consecuencias. Incomprensiblemente, el árbitro no le mostró la segunda amarilla. Aún así, Gundogan no desaprovechó la oportunidad e igualó el encuentro desde los once metros.
Todo parecía encaminarse hacia un alargue, sin embargo un minuto faltaba para terminar el partido cuando el holandés Robben apareció en todo su esplendor para marcar el segundo gol que sería la consagración del Bayer Munich, favorito de la cátedra para llevarse la Champions.

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