MÉXICO

Embajador de México Francisco Arroyo: “Desde que llegó Trump al Gobierno, el aprecio del pueblo norteamericano por los mexicanos creció 70%”

En diálogo con LA RED21, Francisco Arroyo “agradeció” al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, porque desde que llegó al Gobierno “aumentó la simpatía de los estadounidenses por los mexicanos y despertó una fortaleza que los mexicanos no sabíamos que teníamos”. Por otro lado, dijo que la desaparición y muerte de 43 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa es “injusto, odioso, cruel, inhumano y violatorio de los DDHH”.

-¿México y Uruguay están en una nueva etapa de relacionamiento?

México es por lejos el socio comercial más fuerte que tiene Uruguay.

-Tenemos reuniones pendientes desde el año 2008, en 6 meses y producto de la buena disposición de los gobiernos incluido el buen entendimiento entre ambas cancillerías, hemos logrado transitar por una ruta que desembocará a fin de este año en una profundización del Tratado de Libre Comercio (TLC). Firmaremos una serie de instrumentos, para reforzar la relación entre dos países que se “quieren”. Nuestro país es por lejos el socio “fuerte” que tiene Uruguay. Nuestro país adoptará un conjunto de productos uruguayos, lo que implica comprar un 50% más de lo que tiene previsto el TLC.

-Está previsto que el presidente Tabaré Vázquez  viaje a México. ¿Verdad?

-Planeamos recibir a Tabaré (Vázquez) sobre fin de año. Tabaré es un hombre muy apreciado por su lucha contra el tabaco, por su calidad de médico oncólogo, pero también como un hombre de Estado,  él está viendo por el crecimiento económico del país y por el relanzamiento de los productos uruguayos. Este es un país que produce alimentos para millones de personas y es necesario que se coloquen en otros mercados.

-Usted asegura que la colocación de productos uruguayos en el mercado mexicano aumentará en un 50%?

-Aseguro que será un 50% más, imagino que esta noticia para una economía como la uruguaya tiene trascendencia.

-¿De qué productos hablamos?

Hablamos de carne de cordero, carne con hueso, algo de lácteos, pieles, odoríferos, y arroz, entre otros.

-¿Qué productos mexicanos se colocan en el mercado uruguayo?

-Televisores, automóviles, podríamos colocar otras cosas que al mercado uruguayo le convendría, como frutas aguacate, paltas, algún tipo de quesos, insumos para el hogar que en los anaqueles uruguayos tendrían versatilidad. Además, estos productos podrían contribuir a bajar los precios del mercado uruguayo, algo que hace falta aquí  pero será una decisión de ambos países.

-¿El mayor acercamiento de México a América Latina tiene como telón de fondo el alejamiento con los EEUU de un posible TPP y TLC?

Los acuerdos comerciales no son para que las economías “riñan” sino para que se encuentren.

-El TPP nunca existió y sin EEUU ya no va a existir. Estamos ante una gran oportunidad, le diría más, una “feliz coyuntura” para que México, que es América del Norte pero con su corazón en América del Sur, sienta que se pueden generar nuevos mercados. Aquí de lo que se trata es que las familias latinoamericanas y mexicanas tengan mayor poder de consumo. Entraremos en una etapa muy interesante y ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración) tiene mucho que ver.

-¿Cuáles son los países latinoamericanos de mayor relación con México?

México es el segundo socio comercial de EEUU.

-México tiene un mecanismo extraordinario que es la Alianza del Pacífico (Colombia, Perú, y Chile) pero con Uruguay tenemos un TLC que importa  500 millones de dólares. La idea es llegar a fin de año a 750 millones de dólares y creemos que puede crecer aún más. Tenemos que sentarnos para encontrar mejores formas para nuestras economías. El intercambio comercial no es para que las economías “riñan” sino para que se encuentren. Con Brasil, con Argentina y también con Paraguay que es una potencia emergente, y con la Alianza del Pacífico, podremos construir un mercado común que puede ser interesantísimo. Nosotros no dejaremos de participar del TLC con Norteamérica. A ellos les importa mucho porque 34 de los 50 Estados de la Unión de los EEUU tiene como destino natural de sus productos a México. Nuestro país es el segundo socio comercial de EEUU y la mano de obra mexicana es fundamental en la cosecha de la ciruela, la uva, el maíz, y el trigo.

-¿Qué tiene EEUU que México necesita?

Desde que llegó Donald Trump al gobierno, el aprecio del pueblo norteamericano por los mexicanos creció en un 70%.

-EEUU tiene una mano de obra fuerte, hábil y comprometida, un mercado interno de 125 millones de habitantes y la garantía de una seguridad nacional que le da el tener cooperación en una frontera de 3.000 kilómetros.

-Para México, el triunfo de Donald Trump ha sido el peor escenario. ¿Cómo ha impactado en la población mexicana?

-Ha impactado en ambas poblaciones y tenemos que agradecerle a Trump, que merece todo nuestro respeto, que según estudios de opinión pública, el apreció del pueblo norteamericano por los mexicanos creció un 70%. A los mexicanos nos volvió muy unidos y nos dio una fortaleza que no sabíamos que teníamos. El presidente de los EEUU merece todo nuestro respeto, es parte de un proceso electoral democrático y así lo reconocemos, pero también estamos confiados que la fortaleza de nuestras relaciones no se pueden borrar de un día para el otro. EEUU y México estamos juntos, tenemos una frontera común, hay un millón de personas que a diario cruzan esa frontera, más de 400 mil autos cruzan a diario esa frontera, tenemos una relación comercial que nos conviene a ambos y porque los gobiernos van y vienen pero los países quedan, están ahí.

-¿Aumentaron las deportaciones de mexicanos?

La administración encabezada por Barack Obama deportó 3.000.000 de mexicanos.

-Los mexicanos ya no van para EEUU y los que se fueron quieren regresar a su país. Nuestro país tiene un imán cultural. Los que estamos fuera del país, decimos por ejemplo: “trabajar en Montevideo pero soñar en México”. Los migrantes sueñan con México, es nuestro origen y nuestro país de destino. La administración demócrata, encabezada por Obama, deportó tres millones de mexicanos. Viendo las cifras de 34.6 millones de mexicanos que hay en EEUU, las dos terceras partes son nacionales norteamericanos  y del resto la mitad de ellos están en condiciones de pedir la nacionalidad o la tienen en trámite y el resto son parte muy importante de las cadenas productivas de los EEUU. No me imagino la economía de EEUU sin esos 3 millones de mexicanos que eventualmente pudiesen deportar. Son 3 millones de mexicanos buenos y honorables, de todos ellos quizás un 5% tienen antecedentes de una “falta administrativa”.

-Muchos analistas coinciden que el triunfo de Donald Trump se explica por el malestar de los ciudadanos con las actuales democracias, malestar con el sistema político, malestar por la inseguridad, la corrupción, la situación económica. Usted es un hombre político, ¿Reconoce que es así?

La democracia es el mejor modelo político o al menos es el menos malo.

-La sociedad está harta de los políticos, y del sistema político. La normalidad democrática que ha expuesto a los políticos a la prueba del poder, está en medio de esto. La “normalidad democrática” puede ser mala, pero es la menos mala de las opciones que tenemos las sociedades para vivir en paz y en armonía. Que tendríamos que hacer sociedades como la uruguaya, la mexicana. Podemos mejorar nuestra normalidad democrática, ajustar el “modelo”. En México hay un gran debate de cuál es el modelo político más adecuado y hemos llegado a la conclusión que la democracia es la mejor o al menos la menos mala. Tenemos que cuidar que no sea tan cara y  los políticos sean más capacitados y que cumplan con lo que prometen. En EEUU hubo una sociedad harta como la hubo en España, como la hay en México y eventualmente también en Uruguay (no me toca a mí decirlo), pero la realidad  es más terca, por eso EEUU y México se tendrán que poner de acuerdo por mutuo convencimiento.

-¿Usted cree que el muro entre EEUU y México efectivamente se hará?

-No lo sé, hacer un muro es complicado, costoso, poco útil y se va a encontrar con trampas que no son salvables. Incluso hay comunidades indígenas que tienen sus derechos a salvo en la Constitución de ambos países, dejaríamos a los estados fronterizos de EEUU sin agua porque los afluentes del Río Bravo están del lado mexicano y no creo que les convenga quedarse sin agua y tenemos acuerdos internacionales que ambos tenemos que respetar. Son acuerdos previos a la llegada del presidente Trump.

Analistas políticos, importantes intelectuales como Mario Vargas Llosa, entre otros han dicho “todos somos México” y reclamaron al Continente que alzara la voz a favor de México. ¿Usted cree que la defensa fue tímida?

La afrenta a México es a toda Latinoamérica.

-Todos lo dijeron de alguna manera, en ALADI fue unánime, el gobierno uruguayo lo ha hecho, Argentina, Brasil, Bolivia, los hermanos del ALBA, los colombianos, los organismos internacionales, todos con sus tiempos y sus medidas, ante un “vértigo tan radical” al que no estábamos acostumbrados. Es obvio que los países tienen que ver esto con cautela. Todos sabemos que la afrenta a México es a toda Latinoamérica. Todos sabemos que tenemos que unirnos, fortalecer y reactivar nuestro mercados. Si nosotros después de esta “crisis”  fortalecemos nuestros mercados internos y si  sirve para que la gente viva mejor “bendita crisis”.

-¿El relacionamiento con Uruguay en qué medida involucra al MERCOSUR?

México es un país muy grande pero para nosotros, los uruguayos tienen peso moral, intelectual, específico, son un punto nodal, estratégico y de una gran importancia.

-Son rumbos paralelos, somos respetuosos de las decisiones y de los procesos que están dando los países del Mercosur, nosotros los vemos, los observamos, los olfateamos y tratamos de entenderlos. Creemos que el mecanismo de ALADI puede relanzarse, pero independientemente de eso, nuestro TLC con Uruguay nos hace explorar nuevos mecanismos de relanzamiento comercial entre ambos países. México es un país muy grande, pero para nosotros los uruguayos tienen un peso moral, intelectual, específico, son un punto nodal, estratégico y de una gran importancia.

-¿Son los Tratados de Libre Comercio los modelos a los que hay que apostar?

-Las economías no rivalizan, se complementan, de que le sirve a Uruguay producir 30 veces más alimentos que los que consume, si no los puede comer. A la vez, si los pueden cambiar con México por bienes o servicios que le conviene a los uruguayos, todos saldríamos ganando, aquí se trata de ganar-ganar, no de perder o de que alguno abuse.

-El presidente Trump ha insistido que la producción vuelva a EEUU y no que fabrique en México con mano de obra más barata. Decía gana México y pierde EEUU.

El discurso de que los mexicanos desplazamos la mano de obra norteamericana en los hechos no se ve.

-Nosotros tenemos respecto por lo que dice el presidente de EEUU pero pensamos distinto. Una parte importante de la mano de obra que ha sido desplazada de la manufactura norteamericana, se ha ido a los servicios. Los norteamericanos tienen mejores servicios que los que tenían anteriormente. Una parte muy importante de esa manufactura ha ido a México, porque tenemos competitividad y tenemos mano de obra “diestra” a precios accesibles. Un “Fordcito” en México cuesta 22 mil dólares y en EEUU 30 mil. Mejorar la mano de obra mexicana es un reto para nosotros, en caso de ser así costarán 26 mil y en EEUU seguirá costando 30 mil.  EEUU tiene cifras de desempleo muy aceptable. El discurso de que hemos desplazado la mano de obra norteamericana en la realidad no se ve.

-Le cambio de tema, y voy a la política interna mexicana ¿cómo les explica a los uruguayos que pasó en Ayotzinapa?

Lo que pasó en Ayotzinapa nos avergüenza a todos los mexicanos.

Hay investigaciones, hay cientos de detenidos. Lo de Ayotzinapa nos avergüenza a todos, pero siento que algo nos une y es la exigencia de justicia. Había un gobierno local muy corrupto,  había un gobierno municipal infiltrado por el narcotráfico y la delincuencia organizada. Esas personas son parte de partidos políticos de mi país y represento a esas colectividades en mi calidad de embajador del Estado Nacional. En Ayotzinapa fueron 43 muertos, las dos terceras partes sufrieron abuso, fueron llevados a un precipicio, a un cadalso por parte de una delincuencia organizada que se da en la “tierra caliente” del Estado de Guerrero. Es una tierra con antecedentes de violencia inauditos. Como representante del Estado Nacional, me uno a las voces de los que dicen queremos saber que pasó y creo que el Estado Nacional está trabajando para ello.

-¿Usted me asegura que es la voluntad del presidente de México Enrique Peña Nieto descubrir la verdad?

Lo que sucedió en Ayotzinapa es injusto, odioso, cruel, inhumano y violatorio de los DDHH.

-Lo “platiqué” personalmente con el Presidente Peña Nieto, era diputado (2014) cuando esto  pasó, lo acompañaba de gira, escuché en forma directa y de primera mano su punto de vista. Efectivamente hay líneas de investigación vinculadas con los narcos y la delincuencia organizada. Estos jóvenes inocentes fueron rehenes, lo que sucedió es injusto, odioso, inhumano, cruel y violatorio de los Derechos Humanos y como la voz del Presidente Peña Nieto en Uruguay, le aseguro que la exigencia es común, buscamos justicia.

Ayotzinapa

La desaparición forzada de Iguala ocurrió durante la noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27 de septiembre del 2014, en el que la policía municipal de Iguala (220 km al sur de la ciudad de México) persiguió y atacó a estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa (257 km al sureste de Iguala). Los 43 estudiantes desaparecidos de esa escuela normal rural aún continúan desaparecidos.

Datos personales

Desde abril de 2016 Francisco Agustín Arroyo Vieyra fue designado embajador mexicano en Uruguay. Arroyo nació en el Estado de Guanajuato el16 de abril de 1959. Es abogado de profesión, y tiene una vasta trayectoria política de 25 años. Pertenece al Partido Revolucionario Institucional (PRI). Se desempeñó como diputado, senador y fue Presidente de la Cámara de Diputados.

El Presidente Enrique Peña Nieto, lo eligió para ser el embajador mexicano en Uruguay y para ello debió dejar el cargo de Jefe de Cancillería en la Secretaría de Relaciones Exteriores.

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