MEDICINA NO MEDICINAL

Terapias alternativas duplican el riesgo de muerte por cáncer

Dentro de la comunidad científica hay consenso en algo: ni el reiki, ni las flores de Bach ni la homeopatía funciona. ¿Son tan peligrosas estas terapias carentes de respaldo?

Foto: Pixabay
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«¿Sabes cómo se le llama a la medicina alternativa que funciona? ¡Medicina!», dice el comediante británico Tim Minchin, y pone en tono de humor lo que parece ser el unísono de la comunidad científica: las terapias alternativa son falsas y bastante peligrosas.

La elección de terapias alternativas y pseudocientíficas para tratar el cáncer curable, en lugar de los conocidos y probados tratamientos convencionales de la medicina occidental, no solo evita las posibilidades de recuperación, sino que, de acuerdo a un nuevo estudio publicado en la revista del Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU., duplica el riesgo de morir.

Investigadora de la Universidad de Yale (EE.UU.) estudiaron 10 años de registros de la Base de Datos Nacional del Cáncer de 2004 a 2013 y encontraron a 281 pacientes que habían sufrido cáncer de mama, próstata, colorrectal en etapa temprana o pulmón, pero que habían decidido renunciar a los tratamientos convencionales y se avocaron a intentar curarse con métodos alternativos, como el reiki, la homeopatía o las flores de Bach.

Aunque son una pequeña parte de los pacientes con cáncer en genera, la muestra es importante porque la decisión de decirle no a los tratamientos convencionales dejó una cantidad de fallecimientos alarmante.

Peligro inminente

En el caso de quienes habían sufrido cáncer de mama, los investigadores compararon las tasas de supervivencia con 560 pacientes que tuvieron un diagnóstico semejante, pero que habían optado por recibir quimioterapia convencional, cirugía y/o radiación. Los que habían elegido tomar medicina alternativa mostraron 2.5 veces más probabilidades de fallecer en un plazo de 5 años.

Aquellos que habían sido diagnosticados con cáncer colorectal tenían 4.57 veces más probabilidades de fallecer en 5 años, y los de pulmón 2.17 veces.

El equipo no examinó exactamente qué métodos alternativos fueron usados, por lo que su estudio no arrojó una conclusión acerca de cuáles terapias alternativas son más o menos efectivas que otras.  «Podrían ser hierbas, botánicos, homeopatía, dietas especiales o cristales de energía, que son básicamente piedras que la gente cree que tienen poderes curativos», explicó el oncólogo y autor principal del estudio, Skyler Johnson a New Scientist.

A pesar de carecer de datos en este aspecto, de forma promediada los científicos remarcan que las medicinas alternativas no muestran eficacia a la hora de reducir el riesgo de muerte sino que, por el contrario, lo aumentan.

Quienes elegían terapias alternativas eran, por lo general, jóvenes con altos ingresos económicos y que habían recibido educación de alta calidad. «Estos pacientes deberían estar mejor informados que el grupo de terapia estándar, pero no lo están. Son pacientes jóvenes que podrían curarse, y los practicantes de medicina alternativa sin escrúpulos le están vendiendo aceite de serpiente», se lamenta Johnson.

Sobre estas terapias, la Comisión Federal del Comercio de Estados Unidos obliga a los remedios homeopáticos a someterse a las mismas normas que otros productos con fines curativos, lo que obliga a las empresas que comercializan estos productos a tener estudios científicos que den prueba de su efectividad. Por su parte, la Academia Rusa de las Ciencias emitió un memorando en el que calificó a la homeopatía de pseudociencia.

Numerosos ensayos clínicos llevados a cabo en diferentes países en diferentes momentos, no fueron capaces de demostrar experimentalmente la eficacia de los recursos y los tratamientos homeopáticos.

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