"CREO EN EL DIOS DE SPINOZA"

¿Creía realmente Einstein en Dios?

La ciencia y la religión suelen tener dificultades para converger, especialmente porque la religión suele no cuestionar sus dogmas, y la ciencia se basa en cuestionarlo todo.

Albert Einstein en su oficina en la Universidad de Berlín, en 1920. Foto: Wikimedia Commons
Albert Einstein en su oficina en la Universidad de Berlín, en 1920. Foto: Wikimedia Commons

Durante las decenas de conferencias que Albert Einstein dio en universidades, había una pregunta recurrente que lo tenía por demás cansado:

«¿Cree usted en Dios, señor Einstein?»

A lo que el científico siempre respondía:

«Solo creo en el Dios de Spinoza»

Quien no haya leído a Spinoza, podría concluir que Einstein era una persona religiosa y practicante. Sin embargo, hay que establecer en contexto de dicha afirmación, quién era Spinoza y cuál era su concepto de Dios.

Baruch Spinoza, también conocido como Benadict de Spinoza, (1632-1677) era un filósofo holandés, de origen judío sefardí portugués. Junto con René Descartes y Gottfried Leibniz, forma la triada más importante del racionalismo, un sistema de pensamiento que acentúa el papel de la razón en la adquisición del conocimiento, en contraste con el empirismo, que resalta el papel de la experiencia, sobre todo el sentido de la percepción.

Las reflexiones de Spinoza propusieron una criticidad profunda a la visión clásica y ortodoxa de la religión, cosa que terminó por producir su excomunión por parte de su comunidad y posterior destierro, así como la prohibición a la circulación de sus escritos y la censura a toda opinión suya.

Su visión sobre Dios es menos monoteísta de lo que podría sonar: se acerca bastante al panteísmo, la idea de que lo sagrado es todo el universo en sí.

El Dios de Spinoza

Baruch Spinoza
Baruch Spinoza

Defendía que la realidad -como idea abstracta y como hecho concreto- entera está formada por una única sustancia, a diferencia de Renés Descartes que consideraba que todo estaba conformado por res extensa (sustancia o materia extensa) y la res cogitans (sustancia mental). Dicha sustancia no es otra cosa que su Dios, entidad infinita y con múltiples propiedades dimensiones. De acuerdo a Spinoza, de todo esto -debido a nuestras naturales limitaciones- solamente podemos acceder a una parte.

Dios no es conceptuado por él como un ente personal y personificado, con cognición, emociones, reacciones y planes, y que dirige la existencia universal de forma eterna, sino que es el conjunto de todo lo existente en el universo, tanto en extensión física como en pensamiento. 

De este modo, Dios es la propia realidad, que se expresa por medio de la naturaleza.

El Dios de Spinoza no da una finalidad al mundo, sino que éste forma parte de él. Él le consideraba «una naturaleza naturante», o sea que da origen y es todo en sus dos formas, como lo son el pensamiento y la materia.

En síntesis, para Spinoza Dios es todo y fuera de él no existe nada.

Einstein no era monoteísta

Ante tal contexto, se entiende por fin que Albert Einstein no era monoteísta, no practicaba religión alguna ni tenía una creencia espiritual basada en los dogmas religiosos.

Si bien el padre de la teoría de la relatividad tuvo intereses religiosos en su infancia, al haber nacido y crecido en el seno de una familia religiosa, poco a poco se fue encaminando al camino del pensamiento crítico y la ciencia.

En alguna ocasión manifestó que la mente humana no era capaz de comprender la totalidad del universo ni como se organiza, a pesar de ser capaz de percibir la existencia de ciertas facetas del orden y la armonía universal.

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