Aerolínea colombiana quiere llevar pasajeros de pie
Mientras esta empresa quiere bajar los precios de los boletos, los expertos advierten que hay pocas garantías de seguridad para los pasajeros.
La línea aérea colombiana de bajo costo VivaColombia anunció este martes que adquirirán 50 nuevas aeronaves, que estarán en el aire para mayo de 2018, pero lo que más sorprende es la propuesta de uno de sus altos ejecutivos: quieren llevar pasajeros de pie, como si fueran en ómnibuses, para ofrecer boletos aún más baratos.
A mí me gustaría que pudiéramos ir parados, que pudiéramos pagar bien barato para ir a Cartagena pero ir parados», dijo el fundador y director ejecutivo de la empresa, William Shaw, en entrevista a la radio Caracol de Colombia. «Si uno puede aguantarse una horita de pie en TransMilenio (autobuses articulados de Bogotá), ¿por qué no podría estar una hora de pie en un avión mientras se llega a Cartagena o al Amazonas?», agregó.
Los cuestionamientos saltan en seguida: ¿qué pasaría con los pasajeros en caso de turbulencia o emergencias a bordo? Shaw dijo que «también a veces unas frenadas en el TransMilenio pueden ser bastante fuertes, y uno se las aguanta».
Peligro inminente
Los expertos ven pocas probabilidades de que algo así pueda llevarse a la realidad. Según dijo al diario El Colombiano, el piloto retirado de la Fuerza Aérea Colombiana y experto en seguridad aeronáutica, Julio Palacios, es «imposible llevar pasajeros de pie en un avión porque, en caso de una desaceleración fuerte, no se garantiza que los pasajeros estén protegidos».
Además Palacios agregó que ningún fabricante de aviones va a certificar este modelo de negocio.
La NASA ya ha hecho estudios sobre la posibilidad de volar con pasajeros de pie, pero concluyeron que «no se garantizaría la integridad de las personas».
Esta idea no se la inventó VivaColombia: hace unos 10 años, la aerolínea irlandesa de bajo costo, Ryanair, trató de convencer a la fabricante Boeing de construir aviones con asientos verticales, algo así como los de la barra de un bar, pero la propuesta fue rechazada. En 2012, el presidente de la compañía, Michael O’Leary, insistió en la idea y dijeron que podrían abaratar hasta en un 20% los precios de los boletos y les permitiría llevar hasta 30% más de pasajeros.
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