Stratolaunch, el más grande avión de la historia, volará en 2019

Desde 2016 se esperaba que despegara este dantesco avión, el más grande del mundo, y aunque se atrasó un poco su itinerario, por fin se elevará el Stratolaunch.

Es la nave aérea más grande jamás construida y fue hecha por la empresa del multimillonario cofundador de Microsoft, Paul Allen.

Este gigante de los aires tiene una envergadura de 117 metros de ancho (más grande que el avión Spruce Goose, el más grande hasta ahora), cuenta con seis motores de un 747, se posa sobre 26 ruedas y puede transportar hasta 113 toneladas de combustible.

Estando vacío y sin nafta, el Stratolaunch pesa la asombrosa suma de 227 toneladas. Eso sí, depende de una pista de 3.6 kilómetros de largo para poder despegar, casi el doble de las pistas para aviones comerciales normales.

Elevación kilométrica

Lo más impresionante de esta aeronave es que volará a 100 kilómetros de altitud, cerca de la órbita baja terrestre, una franja que se ubica entre los entre 200 y los 2000 kilómetros sobre la superficie del planeta.

Está diseñado para transportar satélites pequeños que pesan hasta 450 kilos en órbita y que giren alrededor de la Tierra a no más de 10 kilómetros de altitud. Esta idea es parecida a la de empresas como SpaceX, del millonario Elon Musk, o Blue Origin, del magnate fundado de Amazon, Jeff Bezos. Todas usarán naves reutilizables, a diferencia de la práctica común de la industria aeroespacial de usar cohetes desechables de un solo uso.

Según Allen, la construcción de cohetes, con sus respectivas plataformas de lanzamiento, es una inversión mucho más grande que la de su idea, además de que requieren mucho más combustible para elevarse. Su empresa estima que los costos se podrían reducir hasta en un 60%, en relación a sus competidores.

La compañía afirmó en un comunicado de prensa que se espera que el primer vuelo se complete en el año 2019. También aseguraron que el objetivo a largo plazo es poder dar soporte a misiones tripuladas de la NASA, en las que, aseguran, podrán cobrar hasta 70% de lo que cobran actualmente los servicios aeroespaciales rusos para enviar astronautas estadounidenses al espacio.