Científica rusa creó un bot que simula a su amigo fallecido
El capítulo "Regreso pronto" (Be right back), de la serie de ficción "Black Mirror", cuenta la historia de una mujer que compra un robot que simula ser su esposo, fallecido en un accidente. La realidad supera a la fantasía una vez más, pues una científica rusa logró crear un bot de un amigo recientemente fallecido.
En el año 2015, la ingeniera rusa Eugenia Kuyda creó un sistema de inteligencia artificial que simula el comportamiento de Roman Marurenko, un amigo muy cercano suyo que había fallecido recientemente.
Para conseguirlo, la científica creó una base de datos con más de 8.000 líneas de texto extraídas de conversaciones que habían tenido por redes sociales y sistemas de mensajería. Utilizó técnicas de deep learning (aprendizaje profundo) y produjo patrones que simulaban la forma de conversar de su amigo.
Salta la duda de si realmente el bot podría llegar a «pensar» o actuar como lo hubiese hecho el joven, o si simplemente parte de los textos previamente ingresados. He ahí que hay que explicar en qué consiste el deep learning.
Aprendizaje profundo
Esta técnica consiste de una serie de algoritmos de aprendizaje automático (machine learning, en inglés) que modela abstracciones y «aprende» de la interacción con humanos. Sistemas como el Siri de Apple o el Bixby de Samsung ya utilizan el deep learning en su funcionamiento, para ayudar cada vez mejor a los usuarios de forma personalizada.
Varias arquitecturas de aprendizaje profundo, como redes neuronales profundas, redes neuronales profundas convolucionales, y redes de creencia profundas, han sido aplicadas a campos como visión por computador, reconocimiento automático del habla, y reconocimiento de señales de audio y música, y han mostrado producir resultados de vanguardia en varias tareas.
Una red neuronal fue lo que usó Eugenia Kuyda para emular a su viejo amigo. Aunque aún no se pueda decir que un aparato digital recrea de forma exacta la inteligencia humana, eso no quiere decir que no exista la comunicación y el aprendizaje. El robot de Roman no tiene entendimiento de lo que dice, dado que no cuestiona su naturaleza de sistema digital, así como tampoco demuestra intencionalidad ni iniciativa a la hora de iniciar una conversación.
«Hola, este es un avatar digital creado en memoria de Roman Mazurenko, fundador de una startup y emprendedor cultura», escribió el bot con un frío y calculador léxico que muestra poca calidez humana. A pesar de esto, muchas personas en todo el mundo ya se muestran anuentes a utilizar este tipo de sistemas y servicios como una «compañía», aún sabiendo que no hay vida detrás de tales conversaciones.
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