Arquitectos neoyorquinos proponen rascacielos colgando de asteroides
Somos cada vez más humanos, y la falta de espacio en las ciudades ya es un problema desde hace décadas. Un grupo de arquitectos de un estudio de Nueva York ha propuesto construir edificios que cuelguen encima de las urbes del futuro.
La arquitectura suele jugar con conceptos e ideas futuristas, tratando de enclavarlas en los contextos actuales. El fin de esto es mirar hacia el futuro optimizando cada vez más la arquitectura, sabiendo que el futuro tendrá que ser verde y el espacio deberá aprovecharse al máximo.
Es por ello que el estudio Clouds Architecture Office, con sede en la ciudad de Nueva York, tiene una idea contraria al rascacielos común, que va desde el suelo hacia arriba. ¿Qué pasa si se construyen de arriba hacia abajo, flotando sobre la ciudad?
Analemma Tower es un proyecto paradigmático acompañado de una serie de conceptos novedosos, aunque sujeto a que la tecnología avance lo suficiente para llevarlo a cabo.
La torre depende de que se desarrolle la forma de manipular los asteroides para colocar uno de estos cuerpos en una órbita geosincrónica: esto significa que debe orbitar de forma coordinada con la rotación sideral de la Tierra, para que coincidan perfectamente con el movimiento del planeta sobre su eje.
«Suspendido, parece hibernar»
Como haciendo alusión a la canción de Gustavo Cerati, este edificio flotará sobre otros rascacielos. Según explica parte del proyecto, «el rastro sobre la tierra para esta torre pendular sería como en forma de ocho, donde la torre se movería más lenta en la parte de arriba y en la parte inferior siguiendo una trayectoria formando ese número, ofreciendo la posibilidad de que los ocupantes de las torres tengan cercanía con la superficie del planeta en estos puntos. La órbita propuesta está calibrada de modo que la parte más lenta de la trayectoria de las torres ocurre sobre la ciudad de Nueva York».
Estará suspendido con miles de cuerdas ancladas a un asteroide que orbitará a 50.000 metros de la superficie terrestre. El edificio en sí colgará a 32.000 metros y, claramente, a tales altitudes los habitantes de la Analemma deberán usar trajes espaciales si quieren salir al patio y, para bajar y subir de la superficie, deberán pasar por distintos procesos de presurización.
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