MUNDO ÍNFIMO

Detector en el Polo Sur confirma la existencia de los minúsculos neutrinos cósmicos

Investigadores del Observatorio de Neutrinos IceCube en el Polo Sur reunieron más evidencias, en apoyo de las observaciones de 2013, que confirman la existencia de los neutrinos cósmicos.

La evidencia es importante, ya que anuncia una nueva forma de astronomía usando neutrinos/ Foto: AFP
La evidencia es importante, ya que anuncia una nueva forma de astronomía usando neutrinos/ Foto: AFP

Este detector congelado de un kilómetro cúbico permite clasificar miles de millones de partículas subatómicas procedentes del universo, que lo atraviesan cada año.

La evidencia es importante, ya que anuncia una nueva forma de astronomía usando neutrinos, las partículas de alta energía casi sin masa generadas en los aceleradores de la naturaleza, los agujeros negros, las estrellas en explosión masiva y los núcleos energéticos de galaxias.

En el nuevo estudio, la detección de 21 ultra-muones de alta energía – partículas secundarias creadas en las raras ocasiones en que los neutrinos interactúan con otras partículas, viene a dar confirmación independiente de la existencia de neutrinos astrofísicos de nuestra galaxia, así como de neutrinos cósmicos de fuentes ajenas a la Vía láctea.

Las observaciones fueron reportadas en un artículo publicado en la revista Physical Review Letters de la Colaboración IceCube, que llamó a los datos de una «señal inequívoca» de los neutrinos astrofísicos, partículas de ultra alta energía que han atravesado el espacio sin ser detenidas por obstáculos como las estrellas, planetas, galaxias, campos magnéticos o nubes de polvo interestelar – fenómenos que, a muy altas energías, atenúan significativamente partículas más mundanas como los fotones.

Difíciles de detectar

Debido a que casi no tienen masa ni carga eléctrica, los neutrinos pueden ser muy difíciles de detectar y sólo se observan indirectamente cuando colisionan con otras partículas para crear muones, partículas secundarias reveladoras.

Las últimas observaciones fueron hechas señalando el Observatorio Ice Cube, compuesto de miles de sensores ópticos hundidos en las profundidades del hielo de la Antártida en el Polo Sur, a través de la Tierra para observar el cielo del Hemisferio Norte.

La Tierra actúa como un filtro para ayudar a eliminar un fondo confuso de muones que se crean cuando los rayos cósmicos chocan contra la atmósfera de la Tierra.

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