Doodle de Google recuerda a la monja-artista y activista Corita Kent que cumpliría 96 años

La religiosa que pertenecía a la orden del Inmaculado Corazón de María, vivió en Boston y Los Ángeles, se hizo sumamente popular en los movimientos sociales por la paz impulsados en Norteamérica durante las décadas de 1960 y 1970, con vibrantes trabajos pictóricos que hablaban siempre de paz y amor.

Cultivó la amista de múltiples íconos de la época que la reconocieron como una de las exponentes del arte modernista, y el “pop-art” la escogió en el selecto grupo de quienes simbolizaban al movimiento. Entre las personalidades del siglo XX que la acompañaron y debatieron sobre aspectos vitales del mundo de la época, estuvieron John Cage, Saul Bass, Buckminster Fuller y la pareja Charles y Ray Eames.

La monja que colgó los hábitos para dedicarse al arte

La hermana Mary Corita fue una docente de arte sumamente activa, e interesada en la problemática de la expresión pictórica de su generación. Durante casi 30 años dirigió el departamento de Arte en la Universidad del Inmaculado Corazón. Sin embargo, en 1968, decidió colgar los hábitos y abandonó la orden para dedicarse de lleno a la labor artística. No por ello abandonó su sentido de la espiritualidad, pero multiplicó su compromiso social con la esperanza de más paz y un mundo más justo y equilibrado, reflejándolo en todas sus obras.

Diseñó desde carteles y murales, hasta portadas de libros, casi siempre con frases o referencias bíblicas, además de hacer un uso fuerte del color, en una época que lo ameritaba. Su obra refleja también los incipientes pasos de una tendencia al anticonsumismo, y a enfrentar el materialismo despiadado, algo que con el tiempo dividirá aguas en la sociedad estadounidense.

El retiro de su vida monacal, tuvo incidencia también en un mayor compromiso como activista social, convirtiéndose en referente de las luchas por los derechos civiles, las causas antibélicas, y los derechos de las mujeres.
Kent falleció de cáncer, en septiembre de 1986.