TENDENCIAS

Phubbing: el fenómeno de adicción a los celulares, se multiplica en el mundo

Phubbing es el nombre que recibe un nuevo fenómeno que hace referencia a la adicción a los celulares o teléfonos inteligentes. Cada vez son más los casos en el mundo, de personas que le dan más importancia a su celular que a la gente que los rodea, lo que significa un cambio en los parámetros de sociabilización, y puede en muchos casos resultar una verdadera adicción.

Foto: AFP

La palabra “phubbing” es de origen inglés, y corresponde a la contracción de los términos “phone” (teléfono) y “snub” (menospreciar). En la composición de la palabra está probablemente todo lo que se necesita saber sobre este fenómeno, que lentamente está marcando una tendencia a nivel mundial, y amenaza con cambiar los hábitos sociales de los seres humanos.

Cada vez es más común ir a una fiesta o reunión, y encontrarse con personas que están constantemente pendientes de sus teléfonos celulares, y tal vez hasta más pendientes del dispositivo que de su propio entorno. Eso es phubbing.

Actualmente parece que la tendencia es más común en los adolescentes y jóvenes adultos de los países desarrollados, pero no debe pasar mucho para que se termine de expandir hacia otras franjas etarias y otras partes del globo.

Adicción pura y dura

Decir que el phubbing en realidad se trata de una adicción, puede en primer lugar resultar un poco chocante, pero así lo aseguran diversos expertos. Este es el caso del doctor mexicano especializado en conductas y humanidades Cuauhtémoc Borges Aguilar, quién se manifestó sobre el fenómeno y llegó a compararlo con la adicción que provocan los cigarrillos.

Borges Aguilar incluso llegó a afirmar que al tratar de superar el phubbing, una persona pasa por las mismas fases que generan las adicciones a la nicotina, sean estas el síndrome de abstinencia, el miedo, el constante pensamiento en el dispositivo, y hasta incluso dolores de cabeza, mareos y náuseas.

El phubbing lentamente se está convirtiendo en tendencia mundial, y sus consecuencias no son para nada alentadoras. Según el experto, la necesidad compulsiva de estar comunicado solamente a través de las redes sociales o aplicaciones, estaría limitando la comunicación y la interacción social, lo cual desembocaría irremediablemente en una despersonalización del individuo.

Siguiendo con la misma línea, el neurólogo Guillermo Van Wielink, ha advertido que este fenómeno, que interrumpe la dinámica social, es muy peligroso para los niños, ya que la inteligencia social de estos deja de crecer, y posteriormente tendrían mayores dificultades para entablar conversaciones frente a frente, o conocer a alguien de este mismo modo.

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