Sonda espacial “Voyager 1” alcanza el borde desconocido del Sistema Solar

El artefacto humano que ha llegado más lejos de todos los jamás creados, se encuentra llegando al límite final de la “heliofunda”, una región que los científicos debieron bautizar casi de urgencia, en tanto era totalmente desconocida: está sobre el área última de la heliosfera, una burbuja de partículas cargadas que emite el Sol y que envuelve todo el sistema planetario.

Los científicos debieron así postergar un hito histórico: todos suponían que una vez llegado al final de la heliosfera, la nave entraría en el “espacio abierto”. Pero ello no ocurrió sino que entró en algo descripto como “una región de agotamiento de la heliofunda”, algo que tampoco se atreven a explicar con mucho detalle.

La “heliofunda”: un nuevo misterio del sistema

En el centro Goddard de Vuelos Espaciales, de la NASA, se ha comprobado que en lo que va del año, al menos cinco veces la Voyager 1, entró en áreas de la heliofunda –de las que volvió a salir sin más- en tanto la fuerza del campo magnético de la heliosfera aumentaba en forma abrupta, con partículas cargadas que “llovían” con singular fuerza sobre las aletas desplegadas de la nave espacial.

Los astrónomos especulan que las “salidas” que la Voyager 1 tiene hacia el espacio exterior, hacen que los rayos cósmicos provenientes de otros soles u otras galaxias, incidan directamente sobre la nave, pero nunca esperaban que el nivel fuera de las magnitudes registradas. Tomado en su conjunto, los técnicos creen que puede haberse entrado en una zona de “contacto más grande” que la heliosfera, donde otras fuerzas estén interactuando, pero no se atreven a especular sobre su exacto origen.