Desastre de Fukushima

Científicos descubren atunes migratorios radioactivos en California

Foto: telegraph.co.uk

Los niveles de radioactividad, fueron anunciados como por debajo de los límites legales, lo que permite que sean comercializados y destinados al consumo humano, por ser “no riesgoso” para la salud, según los técnicos.

Si bien niveles de radioactividad habían sido detectados con anterioridad en aguas del Pacífico, en peces y plancton, los técnicos se sorprendieron ante la presencia de radioactividad en la carne de los atunes, la que creían debería haber sido “metabolizada” durante el largo viaje oceánico.

Ningún otro origen posible

Los ejemplares de atunes, pescados en las costas de San Diego, presentaron niveles altos de cesio-134 y cesio-137, comparativamente con cualquier muestra registrada anteriormente. Los atunes, peces de gran porte que alcanzan los tres metros de longitud y los 450 quilogramos de peso, eran jóvenes y se estima abandonaron las cosas contaminadas del Japón un mes después de la catástrofe.

De los 15 atunes sometidos a estudio, todos respondían a las mismas características y elementos contaminantes.

Si bien existen antecedentes de cesio-137 en los tejidos de la fauna marina del océano Pacífico, producto de las explosiones nucleares experimentales de armas, no se había detectado en los actuales índices.

Además el cesio-134 no está presente en las armas atómicas que generaron la precipitación radioactiva y no había registros de su presencia antes del tsunami: la vida media de éste último es de dos años por lo cual no podrían tener otro origen.

Miles de toneladas de estos peces son capturadas cada año para consumo principalmente de los norteamericanos.

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