Informe de ONG cuestiona áreas escogidas para protección de especies

Fauna: Uruguay protege lo que ya no existe

Solo dos especies de animales en peligro de extinción fueron encontradas en las áreas protegidas uruguayas: el apereá de dorso oscuro (Cavia magna) y el margay, especie de gato montés atigrado (Lynchailurus braccatus). Esta comprobación surge de un estudio presentado recientemente por la organización Vida Silvestre para la Conservación de la Naturaleza, en las Jornadas Argentinas de Mastozoología, realizadas entre el 8 y el 10 de noviembre en la ciudad de La Plata, Argentina.

Los especialistas indicaron que las especies autóctonas en peligro de extinción son 25: el venado de campo, el tatú de rabo mol, el apereá de dorso oscuro, el ratón de monte, la comadreja de agua, el lobo de crin o aguará guazú, dos variedades de tucu-tucu, 6 variedades de murciélagos, la paca, 3 variedades de comadreja, el margay o gato tigre, el lobito de río, el gato de pajonal, el coatí, el guazubirá, el tamanduá, el erizo y el puma, pero que solo dos están en las áreas que Uruguay declaró excluidas

«Análisis de ausencias», fue el título del estudio presentado por los uruguayos Alvaro Soutullo y Enrique González, investigadores del Museo de Historia Natural; en nombre de la ONG Vida Silvestre. Para este trabajo se contó con la colaboración de conocido investigador Eduardo Gudynas.

El informe presentado en La Plata, «realizó un análisis para el conjunto de las 21 especies» y «se determinó su área de distribución a partir de especímenes colectados, registros calificados y biblografía» sostienen los autores.

«Sólo cinco de las 21 especies amenazadas estudiadas cuentan con un área protegida según su zona de distribución» dijeron los técnicos entrevistados señalando que animales como el apereá de dorso oscuro (Cavia magna) y el margay, especie de gato montés atigrado (Lynchailurus braccatus) integran la lista de animales amenazados junto al tatú rabo mol, el erizo y el coatí.

No hay indicios de presencia de estos últimos en las áreas protegidas como la Quebrada de los Cuervos, en Treinta y Tres.

En estos lugares solo existen indicios de cuatro de las especies en peligro, el tatú de rabo de molle, el magay o gato montés, el coatí y el erizo.

En otras zonas del territorio es aún menor la aparición de rastros de esas especies. En el Parque San Miguel donde se encontraron animales como el margay, o en el Potrerillo y Laguna Negra y Laguna de Castillos aún habita hoy el apereá de dorso oscuro.

La técnica de investigación utilizada por el grupo es novedosa en Uruguay y fue utilizada por primera vez en 1986 en Hawaii, funcionando como uno de los mecanismos más aptos para el control y supervivencia de especies en peligro.

En muchos casos existen disparidades entre la creación de espacios de protección y la existencia de especies en peligro de extinción. «En Hawaii el resultado demostró que las áreas protegidas en esa isla no se correspondían con las distribuciones de las especies de aves (motivo de ese estudio), de donde el sistema de áreas era inefectivo para asegurar la sobrevida de esas especies amenazadas», indica el informe presentado en Argentina.

El «sistema de áreas protegidas de Uruguay es ineficiente para otorgar cobertura a las especies de mamíferos amenazadas», señala el investigador González, «un caso típico es el Parque Roosvelt, que figura como área protegida pero en su interior, no se registra la presencia de ninguna especie animal en peligro».

En febrero de este año, el Parlamento uruguayo aprobó la ley que regula las áreas silvestres protegidas, ingresando el país al grupo de naciones con legislación específica.

 

Las medidas a tomar

El informe indentifica la necesidad de creación a corto plazo de algunas nuevas zonas de protección, como lo es en la cuenca del río Yaguarón –limítrofe con Brasil– ya que en el lugar se apreció una importante concentración de animales estimada, tal vez, en la mitad de las especies actualmente amenazadas, sostiene Soutullo.

Otras zonas que el informe identifica como necesarias de crear ámbitos de protección se ubican en la «cuenca superior del Río Negro, el norte de Cuchilla de Haedo, y el este del Río Uruguay».

Los investigadores Soutullo, González y Gudynas están trabajando con un relevamiento similar en aves, reptiles y anfibios.

El propósito de su investigación es hacer conocer a la comunidad científica y a los organismos del Estado, la problemática que encierra la protección de animales en peligro y la necesidad de contemplar esa realidad específica a la hora de la creación de zonas especiales donde naturalmente los animales estén presentes.

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