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Estudio advierte que las pérdidas financieras repentinas pueden dañar la salud

Un estudio de la Universidad de Northwestern alerta que una pérdida financiera súbita después de los 50 años aumenta el riesgo de muerte en un 50%. El efecto se pronunciaría si el afectado pierde la vivienda y si tenía menos activos

Estudio advierte que las pérdidas financieras repentinas pueden dañar la salud. Foto ilustrativa Pixabay.
Estudio advierte que las pérdidas financieras repentinas pueden dañar la salud. Foto ilustrativa Pixabay.

Un estudio publicado esta semana en revista académica Journal of the American Medical Association indica que sufrir una perdida financiera después de los 50 años de edad podría afectar la salud de las personas y aumentar en 50% el riesgo de morir en los siguientes 20 años.

Encontrarse repentinamente arruinado económicament con más de 50 años de edad puede aumentar en 50% el riesgo de morir en los siguientes 20 años, según un estudio divulgado esta semana por la revista Journal of the American Medical Association (JAMA).

Se trata del primer estudio de este tipo a largo plazo, y examina el impacto en la salud de la pérdida de 75% o más de los bienes de una persona en un período de dos años.

Según el trabajo casi una cuarta parte de los estadounidenses mayores de 51 años ha vivido esta situación.

La pérdida de los ahorros de toda la vida tuvo su clímax durante la crisis de 2007-2010, pero los estadounidenses han experimentado situaciones de este tipo a un ritmo relativamente constante en los últimos 20 años, «independientemente del clima económico general», detalla la investigación.

«Descubrimos que perder los ahorros de toda una vida tenía un impacto profundo en la salud de una persona a largo plazo», explicó la autora principal, Lindsay Pool, de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern.

Mayor efecto en quienes tenían menos activos

La investigación también constó de un seguimiento a un grupo de personas de la misma edad pero de bajos ingresos y que no habían contado nunca con riquezas. En ese caso encontraron que su riesgo de morir en los siguientes 20 años era un 67% más alto que el de las personas cuyas economías habían experimentado un incremento constante durante su vida.

«El descubrimiento más sorprendente fue que tener dinero y perderlo es casi tan malo para la esperanza de vida como no haberlo tenido nunca», explicó Pool.

Este riesgo más elevado podría explicarse en la dificultad para pagar la atención médica y en el impacto en la salud de la angustia por las altas pérdidas financieras. El efecto se pronuncia además si el afectado perdió la vivienda.

El estudio se realizó a partir de información proporcionada en una encuesta nacional a largo plazo realizada por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento.

Los participantes tenían entre 51 y 61 años en el momento de su inscripción en la encuesta. La población del estudio incluyó 8714 adultos, primero evaluados por una pérdida de riquieza en 1994 con seguimiento cada dos años hasta 2014.

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