DIABETES

Un hito científico: en un día como hoy se logró aislar la insulina

En un día como hoy pero en 1921, los científicos Frederick Grant Bating y Charles Herbert Best lograron un avance científico histórico: identificar la hormona de la insulina, con lo que iniciaron los tratamientos para mejorar la calidad de vida de las personas diabéticas.

Charles Best (izquierda) y Frederick Banting junto a uno de los perros sin páncreas que fue tratado exitosamente con sus primeras preparaciones de insulina (agosto de 1921).
Charles Best (izquierda) y Frederick Banting junto a uno de los perros sin páncreas que fue tratado de forma exitosa sus preparaciones de insulina descubiertas un mes antes (foto tomada en agosto de 1921).

La insulina interviene en el aprovechamiento metabólico de los nutrientes, sobre todo con el anabolismo de los glúcidos. Esto se sabe desde los estudios de Banting y Best, pero antes de estos descubrimientos no se sabía la causa exacta de la diabetes y quienes la padecían eran considerados enfermos terminales. Los médicos no podían hacer gran cosa y la muerte era inminente. Muchos pacientes eran recetados con dietas sumamente estrictas y algunos llegaban a morir de hambre, literalmente.

Unos años antes, en 1889, el físico alemán Oskar Minkowski descubrió pistas en torno a las causas de la diabetes mellitus al remover páncreas de perros y observar que esto les causaba diabetes. Al hacer la extracción del órgano, el científico observó que la orina de los perros atraía a las moscas.

Hasta 1851, el diagnóstico de la diabetes se hacía probando la orina de los pacientes para comprobar su sabor, algo que no era precisamente agradable para los médicos.

De la epifanía al descubrimiento

En 1920, Frederick Banting preparaba una clase de fisiología pancreática que debía dictar en la facultad donde era profesor. Investigando para su contenido se encontró un viejo artículo que le llamó la atención: se trataba de los estudios de Minkowski y cómo encontró la relación entre la malfunción del páncreas y la aparición de la diabetes.

La idea le revoloteó todo el día en su cabeza hasta que, en plena madrugada y sin haber pegado un ojo, se levantó y anoto en su cuaderno una idea que se le iluminó en seguida: “Diabetes. Ligar el conducto pancreático en perros. Mantener los perros vivos hasta que los acini degeneren y queden los islotes. Intentar aislar la secreción interna de éstos para mejorar la glicosuria”.

Cuaderno de Banting con las anotaciones: “Diabetus. Ligate pancreatic ducts of dog. Keep dogs alive till acini degenerate leaving islets. Try to isolate the internal secretion of these to relieve glycosurea”.
Cuaderno de Banting con las anotaciones: “Diabetus. Ligate pancreatic ducts of dog. Keep dogs alive till acini degenerate leaving islets. Try to isolate the internal secretion of these to relieve glycosurea”.

El 14 de mayo de 1921 se puso a trabajar con Charles Best bajo la tutela del médico John Macleod, una eminencia en el metabolismo de carbohidratos y uno de los expertos sobre diabetes más importantes del mundo por esos años.

Hicieron varias pruebas en las que ligaban los conductos pancreáticos de perros mientras los mantenían vivos hasta que los páncreas de estos degeneraran. Posteriormente, extrajeron los órganos y procesaron sus contenidos para purificar las secreciones internas que, posteriormente, serían inyectados en otros perros diabéticos. Tras varios ensayos clínicos, los científicos observaron avances en la salud de los animales enfermos y reducir los efectos de la diabetes. El 27 de julio de 1921 dieron por exitoso el experimento y pocos días después escribieron las conclusiones finales que sirvieran como bases para los tratamientos en las décadas posteriores.

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