Zika: Hipótesis conspirativas sobre su inexistencia ganan terreno en internet y los científicos salen a rebatir el peligro que entrañan
Las teorías conspirativas existen desde siempre y aunque muchas han demostrado ser más ciertas que la versión oficial de las cosas, también las hay que nunca han podido confirmarse. Sin embargo las hay de bajo riesgo (como la Sociedad de la Tierra Plana, en EE.UU. ó la de quienes creen que los OVNIS llegaron hace tiempo y las potencias los ocultan) a otras de muy alto riesgo, como los que afirman que el HIV-SIDA no es más que un invento y el virus no existe.
Ahora, la propagación del virus del zika, ha ganado no solamente las portadas de la prensa mundial, por su vertiginosa expansión y potencial gravedad en embarazadas, sino también llena espacios por cientos en internet, donde las teorías conspirativas no cesan de multiplicar su difusión en base a hipótesis que cada uno debe analizar y razonar.
Los científicos no obstantes se muestran sumamente preocupados en general ante esta expansión de las teorías conspirativas que entienden, pueden afectar la salud de la gente, favorecer la multiplicación del zika e incluso, conducir a la muerte.
Las principales teorías conspirativas.
Una de las más viralizadas es la que afirma que Rockefeller la patente del virus en 1947 y la acusación de que mosquitos modificados genéticamente estarían detrás de todo, para limitar el crecimiento de la población. Los expertos entienden que en tanto no es mortal, el virus del zika hace un trabajo demasiado mediocre si ese es el fin.
Los mosquitos modificados genéticamente por la compañía Oxitec y que han sido liberados en forma experimental para combatir el dengue, tendría la capacidad incluso de modificar el ADN humano, lo que da origen a los múltiples casos de microcefalia, algo imposible de demostrar en cualquiera de sus formas.
Para los movimientos contra la vacunación, el problema de la inoculación de la vacuna Tdap contra el tétanos, la difteria y la tos ferina está detrás de los casos de microcefalia debido a las toxinas empleadas. El problema es que en varios países del mundo se usa la misma vacuna, pero no reportan microcefalias o problemas genéticos similares.
También existe la hipótesis que el zika no existe y que solo se busca alarmar y dar fondos a los laboratorios que supuestamente los investigan.
“Creo que la gente sospecha cuando se trata de las autoridades. Queremos entender los hechos, especialmente cuando son nuevos y peligrosos. La forma aleatoria en que se presentan las nuevas enfermedades es una explicación menos satisfactoria que un gigantesco complot del gobierno o de la industria, cuyo objetivo final sería obtener dinero y obediencia. Creo que incluso estas ideas dan una sensación de seguridad, porque si crees en ellas y tienes razón, sientes que no eres una de las ‘ovejas’ del rebaño”, afirma sobre el tema la bióloga estadounidense Tara Smith (scienceblogs.com), en declaraciones que recoge la Deutsche Welle.
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