SALUD

Prueban que altos consumos de fibra ayudan a proteger de enfermedades pulmonares incluyendo el EPOC

Un estudio publicado en la revista “Annals of the American Thoracic Society”, afirma que el alto consumo de fibra es una manera “práctica y efectiva” como las personas pueden prevenir los riesgos de padecer enfermedades pulmonares, algunas de importancia.

Las bayas, cereales como avena o arroz, frutos secos y decenas de otros alimentos naturales son altos en fibra. Foto: Pixabay.
Las bayas, cereales como avena o arroz, frutos secos y decenas de otros alimentos naturales son altos en fibra. Foto: Pixabay.

El trabajo, que estuvo a cargo de la doctora Corrine Hanson, profesora de Nutrición Médica del Centro Médico de la Universidad de Nebraska, muestra sobre un relevamiento de más de 2.000 personas adultas en Estados Unidos, de entre 40 y 79 años de edad, que hay un vínculo directo entre la alta ingesta de fibras vegetales y la mejor salud pulmonar.

Quienes consumieron más de 20 gramos diarios de fibra, tuvieron hasta en un 68% mejor función pulmonar, mientras que quienes no llegaban a esos valores, tenían un 50% de probabilidad de un buen funcionamiento de su sistema respiratorio. Cuando las cifras se llevaban a los extremos, los que más fibras consumían tuvieron solo un 15% de afectación por patologías pulmonares, mientras que en el sector de menor consumo de fibras, un cada tres veía perturbada su salud respiratoria.

Había antecedentes vinculados al EPOC

El informe viene a subrayar estudios anteriores realizados en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), en la ciudad de Nueva York, que revelaron una mejor predisposición física para enfrentar la enfermedad, así como el enfisema y la bronquitis crónica, en quienes tenían alto consumo de fibras de frutas y cereales, principalmente.

El punto importante de este análisis previo, fue que la ingesta de frutos “frescos” en general tenía igualmente resultados beneficiosos para fumadores como para no fumadores.

Los beneficios continuaron siendo relevantes, aún después de considerar otros factores que afectarían la función pulmonar, como el consumo de vitaminas C, D y E, los ácidos grasos poliinsaturados omega-3, como así también el peso, si el paciente es o no diabético, edad y género.

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