Estudio revela que administrar jarabe en cucharadas causa hasta un 50% de errores en las dosis estipuladas por el médico

La investigación que lleva el título “Stop spoon dosing” (Basta de dosificar con cucharas), muestra que el riesgo de equivocaciones supera el 50% cuando se emplean los utensilios de cocina (o de té, café, o de postre) para dar jarabe u otros medicinas a pacientes infantiles, o adultos mayores, por lo general. Los analistas aseguran que cambiando las medidas de referencia “cucharil”, implementos más precisos como los tapones dosificadores que acompañan casi siempre a los medicamentos (donde se mide en base a los mililitros”, los riesgos por problemas con el eventual exceso del producto se reducen a la mitad.

Las cucharas de café convencionales, tienen solo cuatro gramos, lo que se traduce en hasta un 9% menos de medicamento, mientras que las soperas pueden alcanzar casi el 12% por encima de la posología establecida.

Solo se trata de usar el instrumento adecuado

“Cuando medimos la medicina para nosotros o para nuestros hijos usamos normalmente cucharas comunes de cocina sin pensar que no son instrumentos de medida adecuados», detalla el profesor Koert van Ittersum de la Universidad de Groningen, principal autor del trabajo. «En principio, tendemos a poner las dosis en cucharas pequeñas porque creemos que visualmente vamos a saber cuál es la dosis adecuada. En cambio, con los mililitros es más difícil estimar cual es la cantidad», añade el profesor en declaraciones que publica el diario El País de Madrid.

El tema lejos de ser inocuo tiene particular importancia dependiendo del medicamento que se trate, algo que los especialistas conocen como “margen terapéutico”. Se trata concretamente de la distancia que existe en la dosis necesaria para que el medicamento tenga los efectos deseados, y los niveles en los cuales se convierte en tóxico.

Por lo general la tolerancia sin consecuencias mayores, para una medicina convencional es del orden de hasta el 20% en exceso, aunque puede no ser necesariamente así, y en defecto el problema es mayor ya que puede no alcanzarse l mínimo imprescindible para un tratamiento adecuado.