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Grasas no saturadas y carbohidratos de alta calidad cuidan la salud cardiaca

Investigadores de la Universidad de Harvard señalan que cambiar las grasas saturadas por no saturadas y carbohidratos de alta calidad reduce los riesgos de enfermedades cardiovasculares.

Grasas no saturadas y carbohidratos de alta calidad cuidan la salud cardiaca. Foto: Pixabay
Grasas no saturadas y carbohidratos de alta calidad cuidan la salud cardiaca. Foto: Pixabay

Las grasas saturadas son mal vistas en todas las dietas, responsables a la larga de muchas enfermedades crónicas para las personas. Eliminarlas de la dieta puede mejorar la salud, y un nuevo estudio señala que la clave además de no consumirlas es prestar atención con qué se las sustituye. En ese sentido señalan que cambiar las grasas saturada por grasas no saturadas o carbohidratos de alta calidad tiene un impacto positivo en la reducción de riesgo cardiovascular, mientras que si se cambian por alimentos altamente procesados no tendrá beneficios el abandonar ese tipo de grasas.

Para la investigación los expertos se propusieron distinguir entre los ácidos grasos poliinsaturados, ácidos grasos monoinsaturados y carbohidratos de granos enteros o almidones refinados y azúcares añadidos.

Frank B. Hu, uno de los autores del trabajo y profesor de Nutrición y Epidemiología en la Escuela TH Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard destacó que con este trabajo «Muchos médicos podrían beneficiarse de un mayor conocimiento nutricional detallado que les ayudaría a aconsejar a sus pacientes sobre cómo cambiar sus hábitos alimentarios de una manera que tenga un impacto en su salud. En particular, vimos que cuando los participantes consumían menos grasas saturadas, las estaban reemplazando por hidratos de carbono de baja calidad, como los granos refinados, que no son beneficiosos para la prevención de las enfermedades del corazón».

Y agregó «Nuestros hallazgos sugieren que cuando los pacientes están haciendo cambios de estilo de vida en sus dietas, los cardiólogos deberían alentarles a consumir grasas no saturadas como aceites vegetales, frutos secos y semillas, así como hidratos de carbono saludables como los cereales integrales».

Para el estudio analizaron datos del Estudio de Salud de las Enfermeras, una cohorte de 121.701 enfermeras inscritas en 1976, y del Estudio de Seguimiento de los Profesionales de la Salud, con una cohorte de 51.529 hombres inscritos en el año 1986, y siguieron a 84.628 mujeres y 42.908 hombres sin diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer, y detectaron 7.667 casos de enfermedad cardiaca coronaria.

Los participantes debieron brindar información sobre su dieta, estilo de vida, historial médico y diagnósticos recientes de enfermedades a través de cuestionarios al comienzo del estudio y cada cuatro años desde los 24 a 30 años. Allí se les preguntaba con qué frecuencia y en qué cantidad habían consumido alimentos específicos en el último año y los tipos de grasas o aceites usados para freír, hornear y condimentar.

Como resultado los investigadores encontraron que los participantes generalmente reemplazaban las calorías de los ácidos grasos saturados por calorías de carbohidratos de baja calidad (como el pan blanco) en lugar de calorías de grasas no saturadas que se encuentran en los aceites vegerales, las nueces y las semillas, o en los hidratos de carbono de alta calidad como lo son los granos enteros.

Los investigadores asociaron la sustitución de un 5% de la ingesta de energía de las grasas saturadas con una ingesta equivalente de grasas poliinsaturadas, grasas monoinsaturadas o carbohidratos de granos enteros con un 25%, un 15% y un 9% menos riesgo de enfermedades cardiacas respectivamente. Mientras que la sustitución de ese mismo 5% con carbohidratos de almidones o azúares refinados no se relacionó con el aumento ni disminución del riesgo de enfermedad coronaria.

Valentín Fuster, editor jede de Journal of the American College of Cardiology, donde fue publicado el trabajo se manifestó en cuanto a la importancia del rol de los médicos en la influencia de una dieta saludable para sus pacientes «Todos los médicos y el personal médico que interactúan con los pacientes deben hablar con ellos acerca de los beneficios del consumo de grasas saturadas y carbohidratos saludables».

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