Un equipo de investigadores comandados por el especialista Brian Clark, señaló que las imágenes mentales del ejercicio resultaron altamente efectivas en decenas de adultos donde fueron estimuladas a modo experimental. El artículo “La corteza del cerebro como un determinante crítico de la fortaleza o debilidad muscular”, publicado en Journal of Neurophysiology, afirma que comparativamente, los grupos de quienes practicaron estimulación mental y los que no, tuvieron una evolución sumamente distinta en su recuperación del tono muscular.

Los grupos fueron diferenciados, uno con la quietud habitual, y el otro imaginando que empujaban con fuerza algún elemento durante cinco segundos, y repetían el ejercicio mental  razón de cuatro sesiones cinco veces a la semana. A las cuatro semanas, el grupo que había realizado las sesiones tenía hasta un 50% más de fuerza muscular que los inactivos.

La nueva técnica no excluye el ejercicio isométrico

Tanto la fuerza muscular como el grosor del músculo comienzan a deteriorarse a partir del décimo día de haber sido colocado el yeso. Así, la atrofia muscular, exige de trabajo fisioterapéutico, básicamente ejercicios isométricos, que contraen el músculo contra alguna resistencia, sin mover la articulación.

Esta contracción-elongación, pese a que no opera a través del rango normal de funcionamiento móvil, mantiene e incluso mejora la fuerza del músculo. A estas técnicas, el nuevo descubrimiento hace un importante aporte, mientras dura la fase de inmovilización. La recuperación del movimiento, suele depender de la duración de la inmovilización, y requiere básicamente no menos de seis semanas en el mejor de los casos. La fisioterapia ayuda a recuperar el uso habitual de la extremidad, con una recuperación más rápida y reduciendo los riesgos de lesión en el tejido debilitado.