CIENCIA

Nuevos estudios sobre los golpes en la cabeza y sus consecuencias

“Los mismos cambios que vemos en el envejecimiento del cerebro se reflejan en el cerebro joven después de una lesión cerebral traumática».

Un nuevo estudio que publica el último Journal of Neuroscience muestra que los golpes en la cabeza deterioran el sistema de eliminación de residuos del cerebro, denominado “sistema glinfático”, descubierto recientemente. En ausencia de una limpieza adecuada, las proteínas tóxicas pueden acumularse preparando el escenario para la aparición de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o la encefalopatía traumática crónica (una patología caracterizada por cambios neuroconductuales y una acumulación significativamente alta de proteína tau fosforilada en el cerebro, igual que en el Alzheimer).

«La lesión cerebral traumática en los primeros primeros años de vida es un factor de riesgo para el desarrollo posterior de demencia,» destaca Maiken Nedergaard, codirector del Centro Traslacional de Neuromedicina de la Universidad de Rochester, que lidera el trabajo. «Estas lesiones activan una cascada de acontecimientos que impiden al cerebro eliminar los residuos, lo que permite a proteínas como tau extenderse por todo el cerebro y, finalmente, llegar a niveles tóxicos.»

En 2012 el equipo de Nedergaard descubrió un sistema hasta ahora desconocido para la eliminación de desechos que sólo existe en el cerebro, y al que han denominado sistema glinfatico. Este sistema garantiza una limpieza profunda durante la noche, para asegurar un correcto funcionamiento al día siguiente.

El cerebro cuenta con su propio sistema de “recogida de basuras” porque está aislado del resto del cuerpo por una «muralla», la barrera hematoencefálica, que cuenta con un complejo sistema de puertas blindadas para controlar las entradas y salidas. Por eso no admite el acceso al sistema de eliminación de desechos del resto del cuerpo.

Nedergaard y su equipo demostraron en ratones que el cerebro posee una especie de sistema de tuberías superpuesto a los vasos sanguíneos (un tubo dentro de otro tubo). Este sistema bombea fluido cerebroespinal (CSF), el líquido que rodea el cerebro, a través del tejido cerebral para lavar los residuos almacenados en los espacios que quedan libres entre las células. Este sistema de limpieza cerebral trabaja fundamentalmente mientras dormimos y se deteriora con la edad.

Un sistema delicado

«El fracaso del sistema glinfático puede ser una de las razones por las que el envejecimiento del cerebro es tan vulnerable a enfermedades como el Alzheimer», explica Jeffrey Iliff, miembro del equipo de de Nedergaard. Estos cambios propios de la edad pueden ocurrir también en etapas tempranas si el cerebro sufre golpes: “Es sorprendente que los mismos cambios que vemos en el envejecimiento del cerebro se reflejan en el cerebro joven después de una lesión cerebral traumática. Lo que sugiere que estos eventos pueden ser el nexo común a la neurodegeneración asociada a la edad y al trauma cerebral».

«Este estudio parece indicar que el sistema de limpieza del cerebro es muy delicado y que los pequeños cambios en la organización de los canales de agua -acuaporinas- pueden hacer que se pierda la función«. Mucho tiempo después de la lesión, los investigadores observaron que el exceso de proteína tau no estaba siendo retirado del cerebro de los roedores y comenzaba a formar agregados.

Además, los investigadores pusieron a prueba la memoria y habilidades cognitivas de los roedores que habían sufrido lesiones que deterioraron su sistema de limpieza cerebral. Y vieron que tenían peores resultados que los controles, que no habían sufrido daños.

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