Prevención

29 de octubre, Día Nacional de Lucha contra el Cáncer

En la actualidad hay aproximadamente 20 millones de personas en el mundo que padecen algún tipo de cáncer; para el año 2020 se estima que esa cifra aumente y alcance los 30 millones de individuos. Esta enfermedad significa el 12% del total de muertes a nivel mundial y se prevé que en 20 años el número de defunciones se incremente anualmente -pasando de 6 millones de muertes actuales a 10 millones-. Eso se dará como resultado de varios factores: envejecimiento de la población, disminución general de las defunciones por enfermedades transmisibles, reducción de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares en algunos países y la incidencia creciente de ciertas formas de cáncer -en particular el de pulmón-. Asimismo, se debe tener en cuenta que esta afección puede ser igual o más alarmante para la familia y que repercute profundamente en el funcionamiento cotidiano y en la situación económica del núcleo familiar; incluye la pérdida de ingresos como también los gastos asociados con los costos de atención de la salud.

Es necesario saber que cerca del 80% de los casos de cáncer es debido a causas externas y, en principio, prevenibles ; los dos factores principales están ligados al consumo de tabaco -35% de todos los tipos de cáncer- y a la dieta -30%-. Esta enfermedad significa un gran problema de la salud pública en Uruguay debido a la alta incidencia, mortalidad y al elevado costo social y económico para el país. Ante los avances del conocimiento científico se evidencia que un número importante de tipos de cáncer puede ser prevenido o detectado y tratado de manera oportuna.

Epidemiología en Uruguay

Los países en los cuales las enfermedades cardiovasculares y el cáncer ocupan los primeros lugares en las causas de muerte han completado la transición demográfico-epidemiológica. El 70% de las muertes en las naciones industrializadas corresponde a personas de 70 años o más. En cuanto a la población uruguaya, de origen mayoritariamente europeo, mantiene sus características familiares y de costumbres mientras las hace comparables en sus afinidades sobre alimentación y enfermedades. La esperanza de vida se ha incrementado en forma constante en las últimas cinco décadas y alcanza una probabilidad de 76 años; de esta manera, surgen ciertas afecciones que no aparecen, por lo general, con una esperanza de vida limitada. En base a estos datos, se explica la frecuencia de enfermedades neoplásicas. Como consecuencia, el riesgo de fallecer por cáncer -sin antecedentes familiares ni personales- es del 23.8%. Uruguay posee altas tasas de incidencia y mortalidad por esta afección que se ubican en los primeros lugares de las series comparativas internacionales y ocupan el séptimo lugar en el sexo femenino y el duodécimo puesto en el sexo masculino; al mismo tiempo, el cáncer es la segunda causa de muerte en los mayores de 35 años, constituyendo el 23.5% del total de defunciones.

Los datos de mortalidad enfatizan la necesidad de concentrar las acciones en los distintos tipos de esta enfermedad según el género:

  • En los hombres: Cáncer de pulmón, próstata, colorectal, estómago y esófago.
  • En las mujeres: Cáncer de mama, colorectal, pulmón y estómago.

La problemática del cáncer de cuello uterino requiere una consideración especial por su estrecha relación con el factor socioeconómico y cultural y porque existen medidas eficaces de prevención y tratamiento oportuno; sin embargo, las cifras de incidencia y mortalidad se mantienen relativamente elevadas en territorio uruguayo.
Con respecto a la evolución de las tasas de mortalidad en los últimos 50 años se destaca un descenso, si se tienen en cuenta ambos géneros, en los casos relacionados con el cáncer de colon, estómago y pulmón. En los hombres se hace notorio un aumento del cáncer de próstata y tumores tabaco-dependientes mientras que en las mujeres se observa la disminución del cáncer de estómago y mama pero un incremento del cáncer de pulmón.

Factores etiológicos

Entran en juego los componentes genéticos, medioambientales y médicos junto a los estilos de vida; es decir, interactúan para producir un cierto tumor maligno. El conocimiento de la genética del cáncer está mejorando rápidamente a la misma vez que ayuda a caracterizar las neoplasias, establece las bases de tratamientos y da lugar a nuevas modalidades terapéuticas. De los factores de riesgo identificados, el tabaquismo es el primer elemento a considerar en el control de esta enfermedad -afecta al 30% de la población adulta uruguaya- aunque también se debe tener presente la ingesta de alcohol, las dietas inadecuadas y el sedentarismo. Para comprender mejor será necesario desarrollar esos factores de manera detallada.

  • Tabaquismo: Está vinculado con el 30% de las muertes por cáncer en Uruguay. La exposición pasiva aumenta el riesgo de contraer esta enfermedad y disminuye el nivel de vida saludable. El consumo de tabaco está causalmente relacionado con muertes por cáncer de cavidad bucal, faringe, laringe, esófago, pulmón, páncreas y vejiga. Existe una asociación más débil con el desarrollo de cáncer de cuello uterino, estómago, cavidad nasal, labio y colon. El riesgo se incrementa proporcionalmente con: el número de cigarrillos consumidos, el tiempo de duración del hábito y la precocidad. Los beneficios de la cesación se observan en todos los casos; las personas que han padecido un cáncer vinculado con el tabaquismo, y se han curado, se benefician con la cesación del hábito al reducir el riesgo de segundos tumores. La mitad de los fumadores que mueren por consumo de tabaco son de edad media y pierden alrededor 25 años de vida, con respecto a los no fumadores.
  • Dietéticos: Algunos tienen una relación causal con el cáncer mientras que otros pueden proteger contra la enfermedad. Sin embargo, las pruebas de una relación cuantitativa entre cáncer y alimentos o nutrientes específicos no son tan sólidas como las de la relación entre el cáncer y el tabaco, las bebidas alcohólicas o ciertas exposiciones a sustancias químicas.
  • Alcohol: El consumo de estas bebidas indudablemente aumenta el riesgo de cáncer de la cavidad oral, faringe, laringe, esófago, hígado y mama. El efecto carcinógeno del alcohol es potenciado por el consumo de tabaco en relación a los siguientes tipos de cáncer: faríngeo, laríngeo, esofágico y de la cavidad oral.
  • Obesidad y sedentarismo: Elevan el riesgo de sufrir cáncer de mama posmenopáusico, de esófago, colon, recto, riñón y del endometrio. Existen pruebas de que la actividad física posee una influencia beneficiosa en la reducción del riesgo de cáncer colorectal y de mama. El sobrepeso y la obesidad son la segunda causa evitable .

Factores ocupacionales y ambientales

Los componentes ocupacionales son causantes de entre el 5% y 10% del total de casos de cáncer y los factores ambientales provocan entre el 1% y 2% de todos los tipos de cáncer que se presentan en los países industrializados. En este contexto, las localizaciones más frecuentes de esta enfermedad son: pulmón, piel, próstata, riñón, vejiga y sangre.
En cuanto a los virus y bacterias, algunos están asociados a infecciones crónicas que se encuentran presentes en el desarrollo del cáncer. En relación a las infecciones virales , el cáncer de hígado es una de las principales formas humanas de enfermedad atribuible a un virus -hepatitis B o C-. El del papiloma humano (HPV) se transmite sexualmente y es la principal causa de cáncer del cuello uterino. También se ha observado una relación causal entre el virus de Epstein- Barr, el linfoma de Burkitt y algunos tumores de nasofaringe. Por otro lado, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) no tiene una clara relación con el desarrollo de cáncer, aunque el diagnóstico de Sarcoma de Kaposi, linfoma no Hodgkin y cáncer de cuello uterino son marcadores de la etapa SIDA. Con respecto a las infecciones bacterianas , la que se da en la mucosa gástrica por la bacteria Helicobacter Pylori (HP) es una causa de úlcera péptica, de gastritis y, en menor frecuencia, está relacionada con el desarrollo del cáncer de estómago -es la causa del linfoma gástrico tipo MALT-. Cabe aclarar que tanto el HP como el linfoma MALT pueden ser erradicados mediante tratamiento con antibióticos.

Factores sexuales y reproductivos

Se ha comprobado que comenzar a una edad temprana y tener múltiples compañeros sexuales aumenta el riesgo de cáncer de cuello uterino; esto se debe a una mayor probabilidad de contraer infecciones. Al mismo tiempo, las mujeres que experimentan gestaciones múltiples corren más riesgo si se las compara con las que tienen pocos embarazos o, incluso, ninguno. Las que sufren infecciones de transmisión sexual sin tratar posiblemente también estén expuestas a un mayor riesgo de cáncer de cuello uterino. Las probabilidades de desarrollar cáncer de mama y ovario se acrecientan en las mujeres multíparas y en las que tienen su primer hijo luego de los 25 años de edad -especialmente cuando ya pasan los 30-. Estos factores están relacionados con el estatus hormonal.

Recomendaciones

Existe una serie de consejos que se pueden aplicar para prevenir los problemas ya mencionados.

1) Medidas de prevención primaria: Control médico programado y evitar determinados factores de riesgo: tabaco, alcohol, dieta no balanceada, sedentarismo, exposición al sol fuera del horario recomendado y sin la protección adecuada, enfermedades de transmisión sexual y sobrepeso.

2) Medidas de prevención secundaria: El diagnóstico temprano facilita la administración de tratamientos más simples y efectivos y menos mutilantes que permiten mejorar la calidad de vida de los pacientes y, eventualmente, reducir la mortalidad por esta enfermedad. Hay dos estrategias principales: la educación para promover el diagnóstico oportuno -en pacientes sintomáticos- y el tamizaje -en pacientes asintomáticos-.

Es imprescindible resaltar que la implementación de programas de tamizaje ha demostrado ser efectiva en la disminución de la mortalidad en cuello uterino, cáncer de mama y colon.

Recuerda que puedes contribuir diariamente con el bienestar de tu salud. Aplica estos cuidados e infórmate con los especialistas de SUAT si mantienes alguna duda en relación a la temática planteada en esta oportunidad. La prevención es clave mientras tus hábitos de ejercicio y alimentación balanceada cumplen un papel fundamental para llevar adelante un estilo de vida saludable.

Dr. Oscar López
Médico de SUAT

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