Los narcisistas tienen una deficiencia biológica y no solamente psicológica

El NPD (Narcissistic Personality Disorder, por sus siglas en inglés), presenta un marcador físico identificable por la especialidad neurológica: una reducción de la materia gris en una parte del cerebro llamada ínsula, donde se producen las reacciones vinculadas a la empatía, la identificación con los demás. Esta reducción de la materia gris determina que los únicos “demás” con los que el narcisista puede vincularse es con su propio mecanismo, consigo mismo.

Los narcisistas pueden haber cumplido 100.000 años

Si bien los técnicos consideran que el narcisismo sea una de las patologías más antiguas y remontan su aparición a la par que el hombre moderno hace unos 100.000 años, lo cierto es que recién con Havelock Ellis, un médico británico fallecido en 1939, el narcisismo pasó a ser considerado como algo de tratamiento necesario.

El mal, que remite al mito griego de Narciso, que murió ahogado de tanto mirar su reflejo en el agua, se vio incluso postergado a nivel clínico, debido a que Ellis, incluyó la patología dentro de siete volúmenes que publicó durante 30 años titulados “Estudios sobre la psicología del sexo” y que por su temática fue reprimido fuertemente por la moral victoriana de la época en que fueron escritos.

Ahora, el trabajo de los berlineses, publicado en el Journal of Psychiatric Research, afirma que los narcisistas –o pacientes del NPD- demuestran tener una reducción en la materia grís de la ínsula y las demás zonas vinculadas al córtex cerebral. Se trata de la “primera evidencia empírica de anormalidades estructurales en los cerebros” de los pacientes narcisistas estudiados, un grupo testigo que abarcó distintas edades, sexos y niveles socioculturales.