El grupo Peirano y una historia que se repite

Desde el Banco Popular del Uruguay hasta el Banco Montevideo-Caja Obrera

Desde principios del siglo pasado, cuando llegaron a estas costas, los Peirano cultivaron las relaciones políticas que hacen que el grupo esté muy cercano al poder. La historia del grupo se remonta al año 1902 cuando el comerciante Pedro Facio fundó, junto con otros accionistas, el Banco Popular del Uruguay. Ya en los años 40, el Popular se convirtió en el tercer banco detrás del Comercial y el Caja Obrera en cuanto a captación de ahorros y por sus colocaciones. A finales de la década de los años 60 el Popular fue absorbido por el Mercantil del Río de la Plata que había sido fundado cuando en 1915 la firma Facio, Peirano & Cía. compró la cartera montevideana del Banco Francés del Río de la Plata, de Buenos Aires.

Con el correr del tiempo, el Mercantil se posicionó como uno de los grandes bancos nacionales luego de comprar el Banco del Interior, algunas sucursales del quebrado Banco del Sur y la sucursal uruguaya del Italo-Belga.

En 1969 se fusionan los dos bancos familiares, el Mercantil y el Popular, pero esa historia duró poco, apenas dos años: en 1971 fue intervenido por el Estado debido a un excesivo endeudamiento, una cartera de colocaciones demasiado concentrada y una operativa ilícita con una red de financieras con testaferros al frente, usadas para un sostenido vaciamiento de la institución original, es decir el banco Mercantil. Durante el gobierno de Jorge Pacheco Areco, Jorge Peirano Facio aceptó la secretaría de Industria y Comercio. Después del cierre del Mercantil, en los primeros años de la dictadura, la Justicia procesó al ex ministro aunque sólo pasó algunos días tras las rejas.

El Banco de Montevideo, por el cual ya fueron procesados y están presos los hijos de Jorge Peirano Facio, José, Dante y Jorge Peirano Basso, se lo considera la continuación del Banco Francés Supervielle & Cía., que entró en concordato en 1940. Como resultado de ese hecho los acreedores estuvieron representados en su directorio, hasta que en noviembre de 1941 el gobierno otorgó la personería jurídica de la institución en la que participan entre otros grupos económicos, los Mailhos y el holding argentino Bunge & Born.

En los años posteriores, hasta 1989, la historia del banco no es demasido llamativa, los hermanos Jorge y Juan Carlos Peirano Facio supieron cultivar un muy bajo perfil, aunque en la década de los años 70 iniciaron el desembarco en Argentina.

En 1989, año de elecciones nacionales, se retiraron del Banco Montevideo los principales grupos argentinos, y el 95 % del paquete accionario fue comprado por el Deutsche Bank. En la década de los años 90 esa mayoría accionaria fue compartida con el grupo alemán Oetker y con el grupo Velox, de Peirano Facio, que terminó controlándolo. Es en esa época que la familia Peirano se divide al no participar en el negocio Juan Carlos Peirano Facio.

En Argentina en tanto, el primer paso lo dieron cuando instalaron una financiera llamada Organización Velox, que en el año 1983 pasó a ser el Banco Velox. En la pasada década se dio el salto en Argentina del grupo Velox al comprar los bancos Asfin y Del Fuerte y la financiera Crédito Luro.

En 1991 el grupo liderado por Jorge Peirano Facio se hizo de la cadena de Supermercados Disco. Juan Peirano Basso, actualmente prófugo de la Justicia uruguaya, está casado y tiene seis hijos con Leticia Vejo, perteneciente a la familia argentino-uruguaya que había fundado la cadena Disco en 1961. Al no poder hacer frente a problemas financieros, el padre de Leticia le ofreció al grupo Peirano entrar a la empresa, cosa que hicieron accediendo a todo el control de la cadena, hasta que en 1997 vendieron el 50% de las acciones a la firma holandesa Ahold.

Los últimos años fueron los más intensos para los Peirano, que tienen negocios en siete países, pero fue Argentina el país que les proveyó la mayor parte de sus ingresos. Tanto es así que Juan Peirano es uno de los miembros de la Asociación Empresaria Argentina, e incluso se dio el lujo de ser anfitrión, en febrero pasado, del presidente Eduardo Duhalde en su campo en Tucumán que lleva un nombre por demás premonitorio: Los Chorrillos.

Ahora en pleno siglo XXI se vuelve a reiterar la historia de la familia Peirano. *

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