Dijo que se negó a pagar el alto costo en vidas humanas pero admitió que el episodio "en una hora se terminaba"

Lacalle evaluó en 1992 sofocar la huelga policial con militares

Lacalle participó ayer de un seminario realizado en el Palacio Legislativo, que se denominó «Estrategia como herramienta de política exterior en la defensa».

Durante la charla, el ex presidente señaló las diferencias entre las funciones policiales y militares y defendió la presencia de las Fuerzas Armadas.

Recordó que durante la huelga policial de 1992, tuvo «una sensación de que se desbordaba el orden institucional, y como pertenezco al partido de Manuel Oribe, voy a hacer todo por mantener el orden, que es esencial. Cuando analizamos la posibilidad de utilizar medios que no fueran policiales, (debido a) el tributo de vidas que teníamos que pagar, bajo mi responsabilidad me negué a pagarlo, pero en una hora se terminaba el episodio».

El ex mandatario manifestó su oposición además a las propuestas de que integrantes de las Fuerzas Armadas realicen el trabajo de policías, como es el caso de la custodia de las cárceles. «Si se persiste en el error, (se) necesitará un marco jurídico, sino va a terminar pagando el pato el soldado, termina siendo procesado el soldado, por lo tanto me parece una mala idea».

Lacalle discrepó con el presidente de Costa Rica, Miguel Angel Rodríguez, quien propone la eliminación de las Fuerzas Armadas. «Nadie ataca a un indefenso», dijo Rodríguez durante su visita a Uruguay.

Para el dirigente blanco, la opinión de Rodríguez es «una ingenuidad muy grande. Eso no es saber historia. Los indefensos son preferentemente atacados. Me parece que es castrar la nacionalidad privando de los medios posibles de defensa. Es quitarle un carácter distintivo de la nacionalidad que es la milicia, es decir, el ciudadano armado para la defensa de la nacionalidad».

Explicó que «la función de defensa es aquella que tiene como objetivo enfrentar las hipótesis de conflicto» y en tal sentido enumeró una serie de hechos: la aftosa, las inundaciones, la amenaza al orden interno –en materia de corte de servicios esenciales– el narcontráfico, la inmigración incontrolada, los Sin Tierra en la frontera, acciones aisladas del terrorismo, agresión de los movimientos subversivos organizados. Al respecto, dijo que «hasta 1972 compartimos la acción de las Fuerzas Armadas, y creemos que fue un triunfo militar (contra la subversión)».

Reforma militar

Lacalle señaló además como «prioritario» la reforma de la Ley Orgánica Militar. «Le pedimos al Ministerio de Defensa que haga llegar cuanto antes los proyectos porque va a ser difícil, hay incompatibilidades entre medidas que se puedan tomar en el Ejército y en la Fuerza Aérea no». Indicó que la concreción de un Estado Mayor Conjunto «es una vieja obsesión» que será «el centro neurálgico del mando, de las compras, de las decisiones estratégicas». El ex comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, señaló que otro tema a analizar es la distribución del personal tanto en las unidades de combate como en las dependencias del Ministerio de Defensa. «El despliegue territorial tiene que variar.

Tenemos encerrada en Montevideo las unidades de la División I. Lo mismo en las capitales departamentales, no puede ser el concepto de que es un lugar de fuente de trabajo». El reclutamiento debe ser analizado, dijo Lacalle: «Queremos solo número o calidad». Reconoció además que el tema de las retribuciones también tiene que ser tratado para «que no tengamos jefes y mayores conduciendo taxis de noche». Para Lacalle todas estas medidas deben ser analizadas inmediatamente y propuso aprovechar la «calma» del verano para comenzar con las transformaciones. *

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