"ARLINGTON". UN FÉMUR Y UN CALZADO ENCONTRADOS BAJO CAL Y PIEDRAS.

Hallan restos humanos en el 14 y ubican posible cementerio clandestino

Los trabajos del Equipo de Antropología Forense de la Udelar dieron sus frutos nuevamente, con el hallazgo de los restos óseos de un cuerpo humano, en el marco de las excavaciones desarrolladas en el Batallón de Paracaidistas Nº 14 de Toledo, en busca de restos de detenidos desaparecidos durante la última dictadura.

El hallazgo se produjo a las 10.30 horas en la Zona III, Sector Sur, trinchera 208, de la dependencia militar, tras más de nueve meses de trabajo en el predio. La zona cuenta con una profusa vegetación de monte nativo y está ubicada a unos 100 o 150 metros de una vía férrea. El cuerpo fue hallado en «posición primaria» (o sea, de ahí no fue removido), bajo un cobertura de cal y piedras, según explicó el jefe del Equipo de Antropología Forense, José María López Mazz. La cobertura del cuerpo con cal procuró acelerar su descomposición y borrar sus restos.

El hallazgo implicó el inicio del protocolo de actuación oportunamente acordado entre los antropólogos y la perito forense designada por el juez Penal de 2º Turno, Pedro Salazar, magistrado actuante en la investigación por el secuestro y desaparición de María Claudia García de Gelman, para el estudio y análisis de los restos.

Los restos serán extraídos en forma definitiva en esta jornada, fotografiados e inventariados para su análisis en el Instituto Técnico Forense (ITF) y en el laboratorio montado por el Poder Ejecutivo para el trabajo del equipo de antropólogos, en el marco de la investigación sobre el destino de los detenidos desaparecidos.

 

Restos humanos

El jefe del Equipo de Antropología Forense, José María López Mazz, confirmó ayer que los restos hallados en el Batallón Nº 14 son humanos, aunque prefirió no aventurar sobre su sexo. «No se puede, a ojo de buen cubero, la identificación del sexo (por cuanto) los temas de identificación requieren el máximo rigor científico», expresó López Mazz.

Empero, la primera impresión indica que se trata de restos de una persona de sexo masculino, en virtud del tamaño del fémur y la aparición junto al cuerpo de un par de zapatos y otras prendas de vestir. Sin embargo, la identificación de los restos demandará varios días.

Las excavaciones en el Batallón Nº 14 fueron habilitadas por el Poder Ejecutivo en 2010, ante fuertes indicios de posibles enterramientos clandestinos en los fondos de la unidad militar. «En este batallón estamos trabajando desde 2005 y este año empezamos el 2 de febrero (tras un acuerdo entre Presidencia de la República y la Udelar). Teníamos la firme convicción de que allí había gente enterrada y aquí está la prueba», dijo López Mazz.

El hallazgo implicó la comparecencia a la unidad militar del juez Pedro Salazar y el fiscal Ariel Cancela. El magistrado ordenó cumplir los protocolos y la cadena de custodia de los restos, para el desarrollo de los estudios de identificación por ADN, así como continuar las excavaciones hasta la finalización de las tareas ordenadas por su Sede.

 

«Arlington»

Las excavaciones en el Batallón Nº 14 fueron dispuestas por el juez Salazar, en un predio conocido como los campos de Vidiella, tras el hallazgo, en noviembre de 2009, de dos pequeños restos óseos y la constatación de movimientos de tierra, en el marco de los trabajos realizados por el equipo de antropólogos.

Los trabajos determinaron indicios de eventuales enterramientos clandestinos en la unidad militar, particularmente en una zona aledaña al arroyo Meirelles, según reveló el propio López Mazz en el documental «Las manos en la tierra», de la historiadora y actual directora de Televisión Nacional (TNU) Virginia Martínez.

El antropólogo compareció entonces ante el juez Salazar, magistrado al frente de la indagatoria penal por el secuestro y desaparición de María Claudia García de Gelman, y realizó un pormenorizado detalle de los trabajos arqueológicos en el predio militar. El magistrado adoptó entonces una orden de no innovar en la zona y solicitó el reingreso de los antropólogos al Batallón Nº 14, como forma de certificar la información aportada.

López Mazz fue incluso más allá y, en el marco de una entrevista concedida al periodista Roger Rodríguez («Caras y Caretas»), manifestó su certeza de haber encontrado «Arlington», una zona del predio con la cual los militares identificaban un cementerio clandestino de la dictadura.

«Arlington» era la denominación utilizada por los represores uruguayos para referirse a un eventual cementerio clandestino, en una asociación directa con el cementerio ubicado en esa localidad del Estado de Virginia (EEUU), en terrenos de la casa del general sureño Robert E. Lee, donde se ha enterrado a soldados norteamericanos desde su guerra civil (1861-65). La existencia de «Arlington» había sido denunciada por el ex secretario de la Presidencia, Carlos Ramela, durante su actuación en la Comisión para la Paz.

 

«Operación Zanahoria»

Los indicios de movimientos de tierra y otras técnicas de exhumación de restos hallados por el Equipo de Antropología Forense en el Batallón Nº 14, los cuales habilitaron el reinicio de las excavaciones en 2011, confirmarían los trabajos impulsados por los propios militares, ya en democracia, en la denominada «Operación Zanahoria».

En este sentido, el secretario de la Presidencia, Alberto Breccia, aseguró que el hallazgo de nuevos restos óseos «es un indicio más de la existencia efectiva de la ‘Operación Zanahoria'», es decir, las tareas de desenterramiento y posterior cremación de los restos de los detenidos desaparecidos, para impedir su reubicación. Los indicios de la operación se acrecentaron recientemente con el hallazgo, en julio de 2011, de pequeños fragmentos óseos en el Batallón Nº 14, cuya naturaleza (humana o animal) aún no pudo dilucidarse.

 

Búsqueda exhaustiva

La búsqueda de desaparecidos se inició en 2005 e implicó trabajos en una chacra de Pando (donde apareció el cuerpo de Ubagesner Chaves Sosa) y otra de Pajas Blancas, en el aeropuerto y cementerio de Maldonado, en el Parador Tajes, una cantera de Ancap y donde funcionaron los centros de represión La Tablada y La Casona.

Asimismo, el equipo de López Mazz ingresó a cuatro unidades militares: el Batallón de Infantería Nº 13 (donde se halló el cuerpo de Fernando Miranda), el Batallón Nº 14 de Toledo, la Brigada de Artillería Antiaérea Nº 1 (Canelones) y el Batallón de Ingenieros de Combate Nº 4 de Laguna del Sauce (Maldonado).

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