Indignación. La ley que permitió cancelar el proceso de los hermanos Peirano "fue una operación muy inteligente"

Percovich: "Acá no hubo inocencias"

Entrevistada en el programa «Primera Voz» de 1410 AM LIBRE, que conduce Sonia Breccia, la ex parlamentaria de la Vertiente Artiguista (VA) consideró que «hubo una serie de confusiones o fue una operación muy inteligente».

El proyecto de ley que derogó la figura contenida en el artículo 76 de la Ley 2.230 y que posibilitó clausurar el proceso contra los Peirano, llevaba la firma de los senadores Margarita Percovich y Rafael Michelini (Frente Amplio), Sergio Abreu (Partido Nacional) e Isaac Alfie (Partido Colorado). Fue aprobada por el Senado en octubre de 2008 y por Diputados en noviembre de ese año.

Un reciente fallo del Tribunal de Apelaciones Penal de 3º Turno establece que cuando las leyes penales suprimen delitos existentes se aplican a los hechos anteriores a su vigencia. Por lo tanto, el expediente que determinó el procesamiento el 8 de agosto de 2002 de los hermanos Jorge, Dante y José Peirano Basso, por la violación al artículo 76 de la ley 2.230, fue clausurado por el Tribunal y dejó a los Peirano en calidad de personas sin antecedentes penales.

La ex parlamentaria dijo que en estos días fue sorprendida por la noticia sobre las consecuencias de la ley aprobada. «Durante el tratamiento de esta ley, en el Senado no surgió ninguna indicación, ni hubo ninguna sugerencia de que esto podía tener estas consecuencias, si no inmediatamente se hubiera parado y se hubiera realizado una consulta de la bancada de gobierno», explicó.

«Entiendo que no fue así en la Cámara de Representantes, lo cual me llama la atención, porque si existió un indicio de que esto podía traer estas consecuencias, no se demoró un poco más en darle el visto bueno en la Cámara de Representantes», opinó.

«Yo puedo hablar sólo de lo que pasó en el Senado y lo que ocurrió en la Cámara de Representantes, si es así como se informa, es bastante inexplicable. Si hubo un indicio de que esto podía ser la consecuencia, obviamente tendría que haberse parado. Evidentemente, si esa ley no había sido derogada en el momento que vino la ley marco de los procesos concursales, por algo habrá sido», cuestionó.

 

«Operación muy inteligente»

«Mi indignación viene porque me siento absolutamente manejada por intereses muy potentes que se mueven subrepticiamente, porque esto es así, y a algunos nos engañaron y otros lo habrán hecho muy conscientemente. Pero ese es el caso mío, y me consta que también el de la bancada, porque la verdad es que en el Senado no tuvimos oportunidad de discutirlo», indicó.

Consultada acerca de a qué se refiere cuando menciona intereses muy potentes, respondió: «Todos sabemos que en los delitos de cuello blanco, de gente muy importante y que tiene mucha plata, siempre hay estudios de abogados también muy inteligentes, que buscan hasta el último resquicio de las leyes para poder defender a sus defendidos y tienen todo el derecho de hacerlo».

«Pero creo que la sociedad uruguaya tenía un consenso sobre lo que pasó en el momento de la crisis de 2002 y de quiénes fueron especialmente responsables en estas cosas; entonces, los legisladores de ninguna manera podíamos mirar para el costado. Por eso digo que la operación fue una operación muy inteligente», enfatizó.

«Evidentemente, acá hubo una serie de confusiones o hay otros intereses. De lo que pasó en la Cámara de Diputados no voy a opinar, creo que son ellos los que tienen que opinar al respecto, pero a mí me parece que acá no hubo inocencias», afirmó Percovich.

«Pensemos también por qué hubo una denuncia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos en relación a estos personajes, por algo que miles de presos también sufren, aunque son presos comunes. Es decir, tampoco tienen condena y sin embargo están presos. Esto también fue motivo de un juicio al Uruguay. Esta es la tipificación de que hay gente que puede eludir la Justicia y que siempre va a haber algún argumento para que queden libres de los delitos que cometieron, perjudicando a mucha gente. Yo en ese sentido me siento utilizada», se quejó.

La ex legisladora recordó que el proyecto era una iniciativa del senador nacionalista Sergio Abreu, quien había hecho consultas sobre las posibles consecuencias. «Yo siento que acá ­no sé si también fue engañado el doctor Abreu­ hay una serie de hechos que a mí realmente casualidades no me parecen».

Percovich recordó que la ley marco para los procesos concursales estuvo dos años en el Parlamento, para que pudiera ser votada con el consenso de todos los partidos políticos. «Cuando el proyecto vino de la Cámara de Representantes, el mismo equipo económico nos dijo: ‘No le hagan modificaciones, porque fue una filigrana llegar a un acuerdo entre las empresas, las cámaras empresariales, de comercio, el sector obrero, etcétera, y todos los legisladores de los partidos políticos'», recordó la ex legisladora.

«Nosotros no le hicimos modificaciones a esa ley y como todas las leyes, de las muchas reformas que hicimos en los cinco años anteriores, siempre tienen un artículo al final sobre derogaciones y uno espera que si viene tan discutido, con más abogados de los que teníamos nosotros en la Comisión de Constitución del Senado, eso estaba bien».

«En este caso, es un artículo de una vieja ley, que se suponía que ya había sido sustituido por la ley procesal; entonces, lo saben solamente aquellos que están en el ambiente jurídico o que tienen conocimiento de por qué fueron procesados (los Peirano).

Es clarísimo que el doctor Lorenzo lo sabía, por algo llamó la atención (en la Cámara de Representantes). A mí, la verdad, ni se me pasó por la cabeza».

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