TRASLADADO POR AIR FRANCE

A principios de 1974, el uruguayo Carlos ARC fue víctima de un insólito secuestro y traslado compulsivo a Uruguay. Lo detuvo la Policía Federal en una calle de Buenos Aires y, aunque no era acusado de nada ni pertenecía a ningún grupo político, terminó preso en un calabozo del tercer piso de una unidad que describe como la sede de Coordinación Federal que comandaba el subcomisario Alberto Villar. Luego de 20 días preso, un policía le comunicó que «le salió el asilo para Francia» y, sin entender demasiado lo que le ocurría lo llevaron a cortarse el pelo y le permitieron lavarse por primera vez, antes de meterlo en un automóvil, sin esposas, junto a cuatro agentes que en el trayecto conversaban sobre las posibilidades de triunfo de Francois Mitterrand o Giscard D’Estaing aquel 19 de mayo. Llegaron al aeropuerto de Ezeiza y lo llevaron al mostrador de Air France donde sacaron un pasaje para el vuelo con destino a París, previa escala en Montevideo. Los agentes entregaron al detenido al propio capitán de la aeronave francesa que lo acompañó hasta un asiento y le advirtió que «se portara bien». Las dos azafatas se asombraron cuando Carlos les explicó su situación de desaparecido y les pidió que le enviaran un mensaje a su esposa, contó a LA REPUBLICA. En sendas tarjetas postales de la compañía aérea francesa, Carlos escribió una nota dirigida al alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, otra al abogado Leandro Despoui y una tercera a su hermano radicado en Bélgica. Cuando llegó a Montevideo, funcionarios de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia lo bajaron del avión, le pusieron una capucha, le tomaron sus huellas dactilares en la DNII y lo llevaron al cuartel de La Paloma, donde lo interrogó el mayor Gavazzo. Su esposa en Montevideo, también fue detenida por el capitán Jorge Silveira. Carlos permaneció dos meses preso y torturado. Sólo le preguntaban por una persona. Finalmente lo liberaron, probablemente por la acción de Acnur, que logró sacarlo de Uruguay. Carlos conserva un par de aquellas postales que, quizás, le salvaron la vida.

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje