Juan Raúl Ferreira se retiró en medio del homenaje de los blancos a Wilson

Un nuevo episodio se sumó ayer al enfrentamiento entre los blancos por la figura de Wilson Ferreira Aldunate, cuando su hijo Juan Raúl se retiró en medio del homenaje que el Directorio del Partido Nacional le estaba realizando al caudillo en el Cementerio del Buceo, porque le molestaron algunas frases del discurso que se estaba pronunciando.

Tal como estaba programado, ayer a las 11.00 de la mañana cientos de nacionalistas se congregaron junto a la tumba de Ferreira Aldunate. Estaban presentes el presidente del Directorio, Jorge Larrañaga, senadores, diputados y dirigentes blancos, junto a reconocidas figuras del Partido Nacional como Carlos Julio Pereyra, Alberto Volonté, José Pedro Lafitte, Alem García y Matilde Rodríguez Larreta de Gutiérrez Ruiz, entre otros. También se encontraban los hijos de Wilson, Juan Raúl y Susana, el ex diputado León Morelli (yerno de Wilson) y otros familiares. No pudo concurrir Susana Sienra de Ferreira Aldunate.

La ceremonia comenzó con la emisión de las estrofas del Himno Nacional y de la Marcha de Tres Arboles, coreados por los presentes, siguiendo con la lectura de mensajes, fundamentalmente de los intendentes que no pudieron estar presentes. También se leyó un mensaje de Gonzalo Ferreira, otro de los hijos del caudillo.

El acto continuó con la emisión por los altoparlantes de dos tramos de sendos discursos de Wilson. Uno dirigido a la juventud del partido, en el que resaltaba que los enemigos están fuera de la colectividad, en el Partido Colorado y en el Frente Amplio, y no dentro. El otro es el legendario discurso que pronunció en el Parlamento en la madrugada del 27 de junio de 1973, ante la inminencia del golpe de Estado.

 

Juan Raúl saludó y se fue

La parte oratoria tuvo un único discurso, a cargo del presidente de la Convención del Partido, Carlos Camy. En un tono enérgico, cargado de simbolismos y veladas acusaciones, el joven dirigente comenzó diciendo que «el Partido viene hoy, como ha venido y va a seguir viniendo siempre, a homenajear a sus mejores hombres, a quienes han dado lo mejor de sí para el país desde esta colectividad».

Tras destacar distintos aspectos de la personalidad del caudillo, Camy dijo que «por ahí en estos días se plantea si Wilson merece homenajes nacionales o partidarios. A Wilson hay que hacerle homenajes nacionales y homenajes partidarios. Los homenajes nacionales se los hacemos todos; los homenajes partidarios se los hace su partido, el Partido Nacional», afirmación que fue acompañada con aplausos de los presentes.

Más adelante, Camy señaló que «vivió intensamente, sin ahorrar nada, sin escatimar medidas por procurar la felicidad de la patria, de la nación».

«Entregó absolutamente de todo y no le cobró nunca cuentas al país. Aún a aquellos a quienes vaya si hubiera correspondido tal vez pasarle alguna cuenta. Quizás por eso la sociedad uruguaya toda hoy cobra conciencia de la deuda que tiene con este hombre. Quizás por eso también día a día crece, con la carga de la culpa de no haberlo acompañado en su momento».

Camy afirmó que «Wilson representa la esencia de los blancos, la generosidad, el desprendimiento. La causa de Wilson encarna los más caros valores de los blancos y el vehículo exclusivo se llama Partido Nacional».

«Hoy viene el Partido Nacional a homenajearlo, cuando otros, cuando el partido lo acompañó en vida, o directamente lo combatieron o lo dejaron solo».

En ese momento, en medio de los aplausos dirigidos al orador, Juan Raúl Ferreira, que escuchaba atentamente el discurso, le habló algo al oído al presidente del Directorio, Jorge Larrañaga, se dio media vuelta y comenzó a abrirse paso entre la muchedumbre. Fue saludado por algunos, abrazado por otros, y terminó perdiéndose entre los senderos del cementerio, mientras Camy seguía evocando la figura del caudillo.

«A Wilson ministro, lo acusaron de oligarca y de ‘pituco’. Después denunciaron que lo financiaba una multinacional del petróleo. Después lo encerraron solo en la cárcel de Trinidad, en el Pacto del Club Naval. ¡Y ahora le quieren hacer homenajes! ¡Qué paradoja, compañeros!», enfatizó.

En la última parte de la ceremonia, una nieta de Ferreira Aldunate depositó una ofrenda floral sobre su tumba.

Consultados algunos dirigentes blancos por las causas que originaron el retiro de Juan Raúl, prefirieron no comentar públicamente el episodio, pero coincidieron en señalar que «se sintió molesto con algunas partes del discurso». *

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